El presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, intentó ayer mandar un mensaje de confianza desde Seúl (Corea del Sur) sobre el riesgo que corre la deuda soberana española a consecuencia de las tensiones que vive la de Irlanda. El jefe del Ejecutivo aseguró que ningún dirigente de los que ha asistido a la cumbre del G-20 le mostró preocupación por la posibilidad de que la crisis se extienda a la península. Zapatero aseguró que el tiempo ha demostrado que la deuda soberana española cuenta con "la solidez, la solvencia y la confianza" necesarias para no tener que temer por esos daños colaterales, pese a que "los diferenciales y la prima de riesgo se vean afectados".

El diferencial entre el bono español y el alemán (de referencia en Europa) finalizó la sesión ayer en los 218 puntos básicos, aunque en algún momento llegó a situarse en los 222. La rentabilidad del bono español a 10 años subió 13 centésimas y alcanzó el 4,620% frente al 4,474% de la apertura, en tanto que el rendimiento del bono alemán del mismo plazo cedía unas centésimas hasta el 2,434%.

Zapatero comentó la propuesta alemana de incluir al sector privado en los planes de rescate, una idea que rechaza de plano. El jefe del Ejecutivo descartó que esta propuesta lanzada por Angela Merkel esté generando tensión en los mercados.