José Luis Rodríguez Zapatero se mostró ayer "favorable" a una reforma de la Carta Magna española con el fin de adaptarla a la Constitución europea, pero aseguró que no hay prisa para ello. El presidente recalcó que dicho proceso "no interferirá" en el referendo sobre el texto europeo que el Gobierno prevé celebrar el 20 de febrero del 2005, antes que ningún otro país de la UE.

Zapatero dijo que el Ejecutivo decidirá "en su momento" la consulta al Tribunal Constitucional sobre si procede o no modificar la ley fundamental española, tal como ha recomendado el Consejo de Estado ante la posible "divergencia" entre ese texto y el europeo. El órgano consultivo aconseja aclarar el alcance del artículo I-6 de la Constitución europea, que consagra la primacía de ésta sobre el derecho de los Estados.

DESPUES DEL 20-F En rueda de prensa antes de la firma de la Euroconstitución, el presidente recordó que en su discurso de investidura él ya previó la reforma de la Carta Magna para adaptarla al tratado de la UE. También anunció entonces cambios para incorporar las denominaciones oficiales de las autonomías, modificar el régimen de sucesión a la Corona y reformar el Senado.

Según fuentes de la Moncloa, los asesores jurídicos del Gobierno consideran que la adaptación podrá solventarse con retoques sencillos, como en 1992 con el Tratado de Maastricht. En ese caso, no se aplicaría el artículo 168 de la Constitución, que prevé la disolución de las Cortes cuando la reforma afecte el Título Preliminar o los Capítulos I y II.

AMPLIO MARGEN Las mismas fuentes señalaron que el Gobierno elevará su consulta al Tribunal Constitucional tras el referendo del 20-F (en caso de ganar el sí). Cuenta con un margen de maniobra amplio: los países de la UE tienen plazo hasta diciembre del 2006 para la ratificación definitiva de la Constitución europea, tarea que en el caso español compete al Parlamento. El margen sería aún mayor si el Constitucional establece que la eventual reforma ha de hacerse tras la ratificación.

Para Zapatero, lo importante es que los españoles serán los primeros europeos en pronunciarse sobre la Euroconstitución. "Europa nos mira. Vamos a ser referencia y ejemplo", proclamó. Justificó su decisión en que España "llegó tarde a su Constitución democrática y a la construcción europea".

"¡LIBREME DIOS!" El presidente, que iniciará el miércoles con Mariano Rajoy una ronda de contactos sobre la Constitución europea, dijo que no pedirá "nada" al líder del PP, sólo que "mantenga su palabra" de apoyar el en el referendo. Preguntado si confía en el apoyo de la Iglesia, exclamó: "¡Líbreme Dios de intentar expresar lo que va a hacer la Iglesia!". Tras la broma, loó el compromiso de la Iglesia con la UE, pese a no haber conseguido una referencia al cristianismo en la Constitución.