Una bestia anda libre por el campo de refugiados de Rafah. "Es muy peligrosa", dice quien mejor la conoce. Ya ha sido vista merodeando por casas del lugar en busca de comida. No se trata de un peligroso terrorista palestino. Es un jaguar, uno de los inquilinos del zoo de Rafah, que fue destruido por las excavadoras israelís hace una semana durante el transcurso de la operación Arco Iris de demolición de casas en este campo de refugiados del sur de la franja de Gaza.

El zoo era el sueño de toda una vida y el fruto de 17 años de trabajo de Mohamed Yumaa, que ayer seguía acumulando cadáveres de animales. "No puedo describir mis sentimientos. Han matado a animales que no tienen nada que ver con esta guerra", decía ayer este hombre, de 40 años y padre de cinco hijos, entre las ruinas de su zoo.

Ruinas y cadáveres

Donde antes se levantaban las jaulas de los animales y una cafetería, ahora sólo hay ruinas, moscas y un pestilente olor a muerte. Muchos animales murieron durante la destrucción de las instalaciones. Otros, como el jaguar, huyeron y andan libres, con el riesgo que ello supone. "Ha desaparecido también una serpiente de cuatro metros de longitud, pájaros y monos", explica Mohamed.

Inaugurado hace cinco años, poco antes del inicio de la Intifada, el zoo de Mohamed reunía 127 animales, entre los que había siete jaguares, dos serpientes, ponis, águilas, pavos reales, gacelas, canguros, zorros y aves de todo tipo. Para los niños y no tan niños, era una de las pocas atracciones del lugar.

Mohamed no se explica por qué su zoo se convirtió en un objetivo de las excavadoras israelís. Enclavadas en el barrio de Brazil --uno de los más castigados no sólo durante la última operación israelí, sino en el transcurso de toda la Intifada--, las instalaciones se encuentran a un kilómetro de la frontera con Egipto. Una distancia que no entra ni en los planes más atrevidos de ampliación del corredor de Philadelphia --la franja de seguridad entre Egipto y Rafah-- y que es demasiado grande como para que se construya un túnel de contrabando de armas que una el zoo y Egipto.

"No recibimos ninguna notificación de demolición del zoo, y en la puerta había un cartel muy grande en el que se leía ´Zoo de Rafah´", explica Mohamed mientras muestra el cartel. "Yo creo que su objetivo era robar animales, y que mataron al resto y destruyeron parte de las instalaciones para ocultar el robo", conjetura sin convencimiento Mohamed. "Estos animales son muy caros", argumenta. "Yo y ellos necesitamos ayuda", se despide Mohamed.