A pesar de las restricciones para especular con las entradas para los Juegos Olímpicos, una de estas papeletas, en concreto para la ceremonia de inauguración, alcanzó la nada frugal cifra de 210.000 yuanes en internet (30.787 dólares, 19.241 euros). El precio original de esta entrada era de 731 dólares.

El plazo para la "transferencia" legal de las entradas, que se inició el pasado 20 de junio, finalizó este lunes, y aunque este tipo de traspasos tenían que llevarse obligatoriamente a cabo a través del Banco de China, nada han podido hacer los funcionarios para evitar que la reventa alcanzara valores espectaculares.

"Esta gente usó el procedimiento correcto para realizar las transacciones en el banco", señaló un bancario a la agencia de noticias Xinhua.

Pero, agregó, "cobraron el dinero extra por su cuenta. Nada pudimos hacer contra esto".

Ni La entidad bancaria ni el Comité Organizador de Pekín 2008 (BOCOG) han sido capaces de dar una cifra de la transferencia de localidades, y estas entidades anunciaron con anterioridad que "cualquier reventa de entradas olímpicas para beneficio propio era ilegal".

La oscura identidad de un vendedor o fotos de mala calidad han sido motivos suficientes para denegar la transferencia de entradas a través de la entidad bancaria estatal.

En un país acostumbrado a corruptelas desde la cúspide hasta la calle, la agencia oficial Xinhua destaca un acto de caridad, el de un ciudadano apellidado Wang que transfirió su entrada para la ceremonia de apertura a una mujer agonizante para que ésta pudiera ver a su hijo practicar artes marciales en la inauguración.

A la moribunda, una chatarrera que padece cáncer de pulmón, le quedan sólo tres meses de vida y su sueño era ver actuar a Dingtian, seleccionado para la ceremonia que tendrá lugar en "El Nido" en la noche del 8 de agosto