La natación sincronizada española se consagró con una segunda medalla olímpica de plata. Después de muchos años de trabajo, siempre con la seleccionadora Anna Tarrés al frente, y de ocho años de empezar a ganar medallas en Campeonatos Europeos (Helsinki-2000), siempre con Gemma Mengual en el agua, la sincro se ha colocado en el segundo peldaño mundial, solo por detrás de la pluscuamperfectas rusas.

La rutina libre por equipos no deparó sorpresas. Los ejercicios están muy entrenados, hasta el último detalle, y solo un error de bulto puede arruinar el trabajo de todo un año. Y no hubo errores de bulto. Solo una acrobacia --un salto que emula un pájaro que sale del agua-- salió un poco torcida y Paola Tirados no pudo amerizar bien en el agua. Poca cosa. La penalización de los jueces no hizo peligrar el segundo puesto obtenido el día anterior en la rutina técnica y el octeto español se llevó la plata, con 98.251 puntos. El equipo ruso rozó la perfección (99.500, con ocho dieces sobre diez notas) y China superó por primera vez a Japón por el bronce (97.334 por 96.334).

"MISION CUMPLIDA" La alegría se desbordó en un equipo que es como una familia. Todas respiraron, tan aliviadas como satisfechas. "Misión cumplida. Ahora nos toca disfrutar, solo disfrutar, de este éxito. Hemos respondido a la responsabilidad que teníamos con el país y con el deporte español", aseguró Tarrés, que antes de la actuación española vio, al igual que las nadadoras, cómo tenían que sacar del agua, desmayada, a la japonesa Hiromi Kobayashi, que había sufrido una lipotimia en los compases finales del ejercicio.

"Eso demuestra la tensión y el estrés que puede haber en una prueba así. Las japonesas han pagado los nervios", dijo Tarrés. Mengual, su extensión en el agua, soltó incluso una lágrima por Kobayashi mientras se la llevaban al hospital (donde está fuera de peligro), pero luego fue capaz de centrar todos sus esfuerzos en liderar al equipo hacia la medalla de plata. Era la segunda suya en los Juegos, tras la de dúo con Andrea Fuentes, y la 32 en su triunfal carrera deportiva, que coincide, medalla por medalla, con la de la selección española: Mengual ha estado en todos los éxitos.

"Casi estoy tan contenta por las vacaciones, largas vacaciones que me esperan, como por la medalla", bromeó Mengual, que valoró el "enorme salto adelante" que los dos éxitos en Pekín suponen para la modalidad de las sirenas. "Esto demuestra una cosa: para llegar lejos, solo tienes que proponértelo", remató su compañera de dúo, Andrea Fuentes.

DOBLE SATISFACCION Pero ayer no fue solo el día de Mengual y Fuentes. Fue el día del éxito del trabajo en equipo. De las veteranas Gisela Morón (suplente de lujo) e Irina Rodríguez, con Gemma las únicas que pasan de 30 años. De las veteranas Raquel Corral y Paola Tirados. De Laura López, de la canaria Thais Henríquez y de la madrileña Alba Cabello, con 22 años la última en llegar y que vio el cuarto puesto del equipo en Atenas-2004 por televisión. En cuatro años, la sincro española ha subido dos peldaños y todas, con Tarrés al frente, estaban más que contentas por la recompensa. "Estoy doblemente feliz --ratificó Tarrés--. Por la actuación de hoy por ayer y porque se ha confirmado que seguimos una línea de trabajo que sirve y que da resultados". Misión cumplida.

"Este equipo es un icono y un espejo donde los jóvenes pueden buscar referentes. Espero que estos éxitos animen a la juventud a practicar deporte", expresó Tarrés, que valoró sobre todo el hecho de que en su conjunto haya nadadoras de 30 años o más que todavía tienen motivación para seguir: "Ese es uno de los orgullos más grandes que siento".