Tiene 38 años y cinco Juegos a sus espaldas. Normalmente prefiere hablar sobre el asfalto, con sus andares de sufridor compulsivo. Pero ayer no pudo reprimirse tras quedar cuarto en los 50 kilómetros marcha --su mejor clasificación olímpica-- y arremetió contra quienes ponen presión sobre los atletas. Encabezados por el propio presidente de la Federación Española de Atletismo, José María Odriozola.

"El presidente lo que debe hacer es no hacer más quinielas y dejar a los atletas que cada uno trabaje por su cuenta", criticó Jesús Angel García Bragado, quien ya en 1993 fue campeón mundial en Stuttgart en la distancia más larga del atletismo. "Estaba pensando que Odriozola es un presidente de federación más conocido que otros. A Fulgencio Sánchez, ciclismo, por ejemplo, no le conoce nadie y han sacado más medallas en ciclismo que nosotros en atletismo", añadió el veteranísimo marchador, que ha igualado con cinco Juegos a Carles Sala.

Odriozola vaticinó antes de comenzar el atletismo en los Juegos que España podía sacar "como mínimo" las cuatro medallas que tuvo en los Juegos de Barcelona de 1992. El dirigente también especuló con la posibilidad de 12 a 14 posiciones de finalista (ocho primeros). A falta de dos jornadas, no ha caído ninguna medalla y solo se han logrado ocho puestos de diploma olímpico. "El presidente lo que tiene que hacer es trabajar en silencio y dejar trabajar. Si quiere hablar de expectativas, que hable, pero que no dé un número concreto", reiteró García Bragado, que no esperaba tantas medallas como Odriozola. "Cuando vi a Paquillo Fernández séptimo pensé que los puestos aquí iban a estar muy complicados".

Por primera vez desde 1992, la marcha atlética española se despide de unos Juegos sin medallas. La marcha ha aportado 5 de las 11 medallas olímpicas de atletismo. García Bragado quemó ayer el último cartucho con un cuarto puesto, a su estilo de recoger cadáveres de los marchadores que habían interpretado mal el ritmo y se hundían.

ULTIMAS BAZAS Ruth Beitia (altura), Natalia Rodríguez (1.500 metros) y los maratonianos Julio Rey, Chema Martínez y José Ríos. Esas son las cartas que quedan por jugar para que el atletismo español no se vaya totalmente de vacío del Estadio Nacional de Pekín. Las posibilidades, aunque escasas, existen, si bien todos ellos deberán rendir a su mejor nivel para merodear el podio. Iris Fuentes-Pila (1.500) y Jesús España y el etíope nacionalizado Alemayehu Bezabeh (5.000) son los otros españoles que quedan en competición.