El atletismo español no despega ni a tiros en el Nido. Mientras otros vuelan muy alto, como el jamaicano Usain Bolt, los corredores, saltadores y lanzadores españoles siguen la estela de lo que pasó en la piscina y no logran acercarse a la zona de medallas. En otra jornada mediocre, marcada por las decepciones, dos quintos puestos de Juan Carlos Higuero (1.500 metros) y Frank Casañas (disco) no pudieron ocultar el triste papel general del equipo.

Casañas, un habanero nacionalizado español el pasado mes de mayo, presentó sus credenciales con su nuevo país y, de paso, dejó fuera de los tres intentos de mejora a Mario Pestano, que salía con la tercera mejor marca del año y que, una vez más, decepcionó en la alta competición con un concurso falto de garra y convicción.

De los cuatro finalistas (ocho primeros) que de momento ha tenido España, dos son de origen cubano: Casañas y, el pasado lunes, el saltador Luis Felipe Méliz, séptimo en longitud. Paquillo Fernández, el marchador, también fue decepcionante séptimo el sábado.

OCASION PERDIDA Higuero, al que hay que reconocer tenacidad, longevidad y perseverancia, perdió en realidad una ocasión de oro --o de plata, o de bronce-- para meterse por fin entre los mejores. La final de 1.500 no acogía nombres de auténtica calidad, a excepción del doble campeón mundial Rashid Ramzi, un marroquí que corre por Bahréin y que ganó la carrera por delante del keniano Kipruto Kiprop.

La final fue rápida (3.32.94 para el campeón), pero no lo bastante para descolgar al mediofondista de Aranda de Duero, que ha corrido en 3.32.57 este año. Higuero se protegió en las últimas posiciones hasta la última vuelta. No era una mala opción para librarse de posibles codazos o tropezones. Pero cuando decidió cambiar de ritmo, su progresión coincidió con la de los de delante. Se colapsó en la contrarrecta y cuando realmente encontró la velocidad terminal en los últimos 80 metros ya era demasiado tarde como para estar en el podio.

Minutos después, Higuero estaba absorto ante una pantalla con los resultados, preguntándose cómo un tal Nicholas Willis, neozelandés de 25 años con una marca este año de 3.33, había podido arañar un bronce y él se había quedado fuera del cajón.

UN ORO AL ALCANCE Si Higuero tocó su techo, Pestano ni siquiera lo rozó. Su mejor lanzamiento de este año (récord de España) es de 69,50, y con ese tiro ayer hubiera sido campeón olímpico. Pero el tinerfeño no pasó de 63,42, un registro que no le sirvió ni para pasar a la mejora de los tres últimos intentos. Se lo impidió Casañas cuando se fue en el tercero a los 64,46, que luego mejoró en el sexto (66,49). "Ya estoy entre los mejores del mundo para ponerle salsa a esto", dijo el caribeño con humor. Pestano no se reía.