No es una bestia, como suelen ser los porteros de waterpolo, porque no llega al 1.90 de estatura. Pero, pese a todo, Iñaki Aguilar ha logrado asentarse en ese puesto tan delicado. Tiene 22 años. Empezó en el CN Barcelona y allí sigue. Ahora cuida las espaldas de sus compañeros, de la selección española, que dirime hoy el pase a semifinales en un durísimo cruce con Serbia. Anoche, como cada víspera de partido, se acostó tarde. Estuvo visionando con Angel Andreu, el segundo meta de la selección, y Antonio Aparicio, el técnico de los porteros, todos los vídeos de los lanzamientos de los jugadores serbios en los últimos meses. Iñaki miraba, Iñaki estudiaba e Iñaki memorizaba.

--Llegó de casualidad a ser portero.--Pues sí. De pequeño era asmático y el médico me recomendó hacer natación. Pero me aburría, no me gustaba mucho, no disfrutaba. Entonces seguí con el agua, pero con una pelota en la mano. Yo era jugador, hasta que un día falló un portero en el Natació Barcelona y me pusieron aquí. Ya ves, de la escollera a Pekín.

--Sin tener, además, las condiciones físicas de sus colegas.--No soy un portento físico, eso es evidente. Hay porteros de más de dos metros, por lo que tienen mucha ventaja en el juego. La clave es entrenar duro, muy duro. ¿Cuánto Paso una media de cuatro horas y media diarias en el agua. En fases de máxima carga de trabajo, llegan a ser hasta más de seis horas.

--¿No se cansa, no se agobia?--No, ¿por qué Parece que estás solo en el agua, pero hay mucha gente a tu alrededor en todo momento.

--Un portero, ¿qué es? ¿Método? ¿Trabajo? ¿O pura intuición?--La intuición es una parte muy importante, pero también debemos estudiar mucho a nuestros rivales. Saber si tienen un lanzamiento habitual en un momento de tensión, cómo reaccionan y se comportan en cada instante. Luego, debes procesar toda esa información en milésimas de segundo. Por eso entrenamos tanto para que nos salga todo automático. ¿Miedo? No, hay jugadores que lanzan la pelota a unos 80 kilómetros por hora. Pero no te asustas de la potencia, solo respeto.

--¿Qué siente tras una gran parada?--Mucha alegría, es la sensación de la que participas en un partido, porque tú haces una cosa muy técnica debajo de la portería. Pero delante tuyo están tus compañeros, que no paran de nadar. Nadan por ti. Y una parada tuya, les da aire para estar un poco más descansados y tener algo más de energía para marcar un gol.