Da lo mismo la prueba que corra o la magnitud del acontecimiento. Marta Domínguez, la mejor atleta en la historia del atletismo español, no defrauda nunca. Hace unos meses, pocos, decidió que en Pekín abordaría una prueba nueva en el programa olímpico femenino, los 3.000 metros obstáculos. Desde que tomó la decisión, solo ha disputado tres carreras. En la primera, en Huelva, logró la mínima para estar en los Juegos; en la segunda, en Barcelona, batió el récord de España (9.21.76); y en la tercera, ayer en Pekín, logró la clasificación para la final de mañana con una autoridad propia de la doble subcampeona del mundo de 5.000 metros, la distancia que ha sacrificado para estar muy cerca del podio, o directamente en él, en los obstáculos.

"Es como volver a la infancia, cuando saltaba en la chopera del pueblo y me perseguían los vecinos. Me he sentido como si hubiera corrido toda la vida en la prueba de obstáculos", explicó la veterana atleta palentina que, a punto de cumplir 33 años, no descarta el asalto al podio olímpico en sus terceros Juegos, la única competición donde no ha brillado. Pero ayer empezó a hacerlo. Controló con maestría la tercera semifinal, se pegó a la rueda de la keniana Eunice Jepkorir y se dejó llevar plácidamente hasta la meta, donde entró segunda, a menos de medio segundo de su récord español. En la final de mañana (15.30, hora española) estará acompañada por la cántabra Zulema Fuentes-Pila, que sorprendió con un cuarto puesto en su semifinal y una mejor marca personal de 9.29.40.

Marta Domínguez no quiere decir en voz alta lo que sueña: lograr por fin una medalla olímpica. "¿Que si lo veo claro? Lo veo con preocupación, hay mucha gente fina aunque yo también lo estoy y espero que caiga algunas de ellas para lograr este objetivo que nunca he dicho, aunque lo pienso", reconoció la palentina, que demostró un gran progreso en el paso de los obstáculos y de la temible ría. En la final se tropezará con las rusas Gulnara Galkina, Tatiana Petrova y Ekaterina Volkova y las kenianas Jepkorir y Ruth Nyangau. Pero tampoco ante ellas se arrugará.

REYES NO RESPONDE La armada española del 1.500, por otra parte, dejó por el camino a su primer efectivo. Reyes Estévez confirmó su decadencia con una pésima actuación en la primera ronda. Fue octavo y apenas bajó de los 3.40 minutos. En las otras series, Juan Carlos Higuero (tercero por delante del campeón mundial Bernard Lagat) y Arturo Casado (segundo con una buena marca de 3.36.42) dejaron en cambio una sensación excelente. "No tengo miedo a ningún rival, aunque sea superior, porque yo también me encuentro muy bien", aseguró Casado.