A Rafael Nadal es probable que se le vea todavía en algunos otros Juegos, dada su juventud, pero es posible que no pise de nuevo un estadio olímpico en el día de la inauguración. La experiencia de la apertura de Pekín fue inolvidable para él y para la mayoría de los casi 10.000 deportistas que desfilaron, pero muy cansada. "Viví muchas emociones en la ceremonia inaugural, fui feliz por vivir algo así. Fue algo inolvidable... también por lo duro", confesó ayer, ya en capilla por su debut de hoy en el torneo de dobles (formando pareja con Tommy Robredo, ante los suecos Jonas Bjorkman y Robin Soderling) y de mañana en individuales, frente al italiano Potito Starace.

Nadal no quiso perderse la fiesta de bienvenida en sus segundos Juegos, pero el cansancio acumulado por la inacabable espera, el desfile y el plantón en el centro del recinto hasta el final de la ceremonia le pasaron una factura que espera no tener que pagar sobre la pista.

EXPERIENCIA INTENSA En su segunda presencia olímpica (en Atenas-2004 solo jugó en dobles), Nadal está dispuesto a vivir intensamente la experiencia. Por eso ha querido residir en la villa de los atletas, para "convivir con deportistas de otras especialidades y otros países". Roger Federer, en cambio, no duró ni un día en la Villa Olímpica. Acostumbrado a la libertad de movimientos y de horarios, el exnúmero uno del mundo a partir del próximo día 18 se sintió agobiado y se fue a un hotel.

El cansancio del desfile inaugural se une a una intensa temporada que, para Nadal, todavía tiene varias estaciones más. Tras ganar en París y Londres, ha completado su mejor etapa en pista dura. De EEUU a Asia. De aquí, irá otra vez a Estados Unidos para jugar el último Grand Slam del año, y de nuevo a Europa para la Copa Davis y el Masters Series de Madrid. El Masters de Shanghái y una probable final de la Davis en Argentina o Rusia completarían su campaña.

Con todo, Nadal parece llegar a punto al torneo olímpico. Ha superado las dudas de sus primeros entrenamientos, que él mismo calificó de "malos", y ayer ya peloteó con la intensidad de siempre con el estadounidense James Blake.