--¿Cómo lo compagina?
--Bien, aunque debo decir que para mí no es complicado. Ahora estoy vinculada al plan ADO, pero tenía que buscarme un trabajo. Y en una empresa no me lo iban a dar. Ellos me ayudan, cuando estoy fuera, ellos llevan todo.
--Del campo al tatami, dos vidas en una misma persona.
--Para mí, es igual que las ovejas, lo he hecho siempre. Siempre he cuidado ovejas, siempre he luchado. He crecido con ello. Lo cogí como una actividad extraescolar y ya no lo dejé. Cuando algo te gusta, no sabes por qué. Lo haces y punto.
--¿Y qué es la lucha?
--La lucha es algo muy especial, te hace descargar mucha adrenalina. Lo sueltas todo.
--¿Y las ovejas?
--Tengo 300 para producir queso. Hago unos 3.000 kilos al año, pero para mí es poco. Lo tengo que hacer casi todo a mano. Este año ha sido todo muy complicado, pero hemos salido bien adelante y puedo estar orgullosa. Cuando soy luchadora, me olvido del campo. Cuando soy granjera, me olvido de la lucha.
--Hace un año que se clasificó para los Juegos, ¿no se le hace demasiado larga la espera?
--Sí. Además, ya hemos entrado en la monotonía de entrenamientos y parece que no esté en Pekín. Es como si estuviera en casa. Ahora, quiero competir mejor que en estos últimos meses. Además, superar tanta lesión te hace aún más fuerte.