Muy cerca del Parque Olímpico, a apenas un kilómetro, se erige la villa de los atletas. Será uno de los barrios más exclusivos de la ciudad --todos los pisos están ya vendidos, a un precio medio de 30.000 yuanes (unos 3.000 euros) el metro cuadrado--, pero de momento acoge a 20.000 personas, entre deportistas (más de 12.000 viven aquí), técnicos, oficiales y los 4.000 empleados y voluntarios que velan para que esta auténtica ciudad funcione como un reloj.

A pesar de su magnitud, la Villa Olímpica transmite cierta sensación de sosiego (a ello contribuye sin duda la doble alambrada que la separa de la vida exterior) y en su interior los modernos gladiadores preparan con aparente calma su salto a la arena. Sobre una superficie de 66 hectáreas, Pekín ha construido 42 edificios de un ladrillo tirando a gris --en eso es como el cielo permanentemente encapotado de la ciudad-- con 3.276 apartamentos, 9.993 habitaciones y 16.000 camas.

El comedor puede servir 5.050 comidas a la vez, que preparan un escuadrón de 1.000 cocineros. El gimnasio ocupa 2.000 metros cuadrados y está equipado con modernos equipos de una firma italiana. La policlínica de tres plantas no para de arreglar bocas y fabricar gafas para los residentes.

Y la zona internacional es un hervidero de gente que entra y sale. Ayer fue muy frecuentada por los deportistas españoles, coincidiendo con el acto de la izada de la bandera. "La villa está perfecta, no hay ningún problema. Lo único que no me gusta es que por la noche hay poca luz", afirma el goleador de hockey sobre hierba Santi Freixa, camino de la ceremonia.

Camas talla ´NBA´

En el inmenso comedor, similar en dimensiones al de un mercado central, otros deportistas de altura se debaten entre los tres tipos de cocina. "Aquí se está bien, las camas se pueden alargar con un adaptador, pero estamos tan cansados que dormiríamos en cualquier sitio", suelta Marc Gasol. Le gusta la villa, pero no le impresiona coincidir allí con todos otros grandes campeones. "La verdad es que veo a gente conocida, pero no les pido nada, no me meto con nadie. ¿Los de la NBA? ¡Hombre, sí que hay alguno!: Ginóbili, Pau...", añade.