El séptimo puesto del reciente Europeo de Málaga no debe influir en la aspiraciones del remozado equipo español de waterpolo, al que Rafael Aguilar, seleccionador desde el 2005, le ha dado la vuelta como a un calcetín. Apenas quedan nombres veteranos, a excepción del portero Angel Andreo, el boya hispanocubano Iván Pérez, de 37 años, y el joven pero experimentado Guillermo Molina, de 24, que ya estuvo en el Mundial ganado en Fukuoka en el 2001.

A su alrededor, Aguilar ha tejido un nuevo equipo que se mantiene en una élite cada vez más apelmazada, sobre todo por la disgregación de la antigua Yugoslavia: Montenegro en la actual campeona de Europa, Serbia sigue siendo una potencia y Croacia ganó el Mundial del 2007 a Hungría. Casi nada.

El waterpolo español, que debuta esta madrugada (3.30 h.) ante Canadá, tropezará en su grupo con dos de esas potencias, Hungría y la sorprendente Montenegro, que ya golpeó duro en Málaga. Australia y Grecia completan un grupo en el que es imprescindible quedar entre los tres primeros para seguir adelante. El primero entra directamente en semifinales, y los dos siguientes se cruzan con el segundo y el tercero del otro grupo

Con Aguilar al frente, a la selección no le han ido mal las cosas. Ha logrado tres bronces (Mundial, Europeo y Copa del Mundo) y una plata (Liga Mundial). Es posible, entonces, el camino hacia la tercera medalla, tras la plata de Barcelona (1992) y el oro de Atlanta (1996).