La cosa empezó así: en 1913, cuando el Modelo T de Ford empezaba a llenar las calles de Nueva York, dos hijos de un inmigrante ruso buscaban su sueño americano en un sótano del Lower East Side de Manhattan, el (entonces) barrio pobre que vemos en series como The Knick. Irving y Jack Schott fabricaban gabardinas que vendían de puerta en puerta. Dos años después ampliaron la producción a chaquetas de cuero y como su apellido no le parecía lo suficientemente potente, Irving bautizó la línea más cara con el nombre de su tipo de puro favorito: Perfecto. Ese mismo nombre se convertiría en 1928, hace ahora 90 años, en un icono de la moda cuando diseñaron y produjeron la primera chaqueta de motorista de la historia para un distribuidor de Harley Davidson que la vendía a 5,5 dólares (unos 75 euros hoy).

Su invento buscaba abrigo, comodidad, resistencia y sobre todo protección para quienes se movían en Harley. Aquellas primeras Perfecto con cinturón, su ya clásica cremallera asimétrica para dejar el pecho libre, amplias solapas y una capa doble de material para aislar del viento fue la primera que utilizaba cremallera en lugar de botones para el cierre. Su aerodinámica geometría y el romance por las máquinas ejemplifica los valores de la época. Un pulido diseño, tan atemporal como el edificio Chrysler, que encandiló a aquella generación de moteros. Y a los que vinieron después.

«Estamos alucinados por la forma en que nuestras cazadoras tienen vida propia», dice en una entrevista con la CBS Jason Schott, director de operaciones, bisnieto de los fundadores y cuarta generación al frente de esta empresa familiar que vistió a Marlon Brando y su pandilla en Salvaje. «Cuando la película se estrenó en 1953 prohibieron las chaquetas de cuero en los colegios y en la empresa se preocuparon por si eso haría mella en la producción, pero las ventas se dispararon», recuerda.

Antes del boom motero, sus predecesoras fueron las cazadoras de cuero de los pilotos en la primera guerra mundial. Necesitaban prendas duras que resistieran velocidad y altura en cabinas abiertas, así que años después, en 1927, el ejército del aire americano introdujo la A-1 flight jacket: botones, solapas en los bolsillos, lana en puños y cintura, que ha evolucionado en lo que hoy conocemos como la bomber (recuerden a Tom Cruise en Top Gun), ya con cremallera y solapas desde 1931. Y aquí Irving Schott también entra en escena con su bomber forrada de lana de oveja para los pilotos en la segunda guerra mundial y los abrigos para la marina, inspirados en los de la Armada Real Británica y producidos durante 60 años en su fábrica neoyorquina. Así que antes de transformar el Perfecto en imagen de la contracultura, Schott vestía a las fuerzas del orden.

Estilo americano

«También hacíamos chaquetas para la policía de Nueva York. Y todo eso es un conocimiento adquirido que aplicamos a las prendas. Intentamos centrarnos en nuestra herencia, contar nuestra historia, tan ligada al estilo americano. En lugar de ver lo que hacen en las pasarelas miramos a nuestro pasado y ahí nos inspiramos», insiste Jason. De hecho todavía utilizan las máquinas que usaron para la Perfecto de Brando. Su personaje, Johnny Strabler, líder de Black Rebels Motorcycle Club, hizo de la cazadora con tachuelas de estrellas, su nombre en el pecho y la calavera e iniciales de la banda en la espalda, el epítome de la masculinidad. James Dean en los 50, Steve McQueen y Peter Fonda en los 60, John Travolta en los 70, Harrison Ford en los 80, Nicholas Cage, Al Pacino, Laurence Fishburne…

La lista de actores con esta prenda dentro y fuera de la pantalla es interminable. Como lo es la lista de marcas y diseñadores (Rick Owens, Robert Geller, Balmain, Acne Studios) que la han incorporado a sus colecciones, con pequeños cambios aquí y allá, desde que en los años 60 un joven Yves Saint Laurent, entonces al frente de Dior, la subió a la pasarela femenina. O de músicos: cuando el punk invadió los escenarios en los 70, la cazadora de motorista era la segunda piel de los Ramones, Blondie, Sex Pistols, The Stooges…

Hoy está en el arte de Andy Warhol, en las revistas de moda, en el armario de las celebrities (Kanye West y Kim Kardashian colocaron un «just married» en la espalda de su chaqueta), en los vídeos de influencers millennials como Dulceida. Hasta el rincón más mimado de la reciente exposición en el MOMA de Nueva York, Items: Is Fashion Modern?, con 111 prendas indestructibles (desde el little black dress a la camiseta blanca o la sudadera con capucha), está dedicado a la Perfecto y su rebeldía.