Warren

AUSTRALIA

(1954)

Confederación Sindical

Internacional

Sharan Burrow, secretaria general de la Confederación Sindical Internacional (CSI), llega a Suiza esperando que su impugnación al sistema laboral y económico no se disuelva como un azucarillo en esa cumbre del poder que se celebra en la estación de esquí de Davos. Voz y representante de 180 millones de trabajadores de 162 países diferentes, a esta maestra australiana criada en una familia obrera y con un abultado historial sindical a sus espaldas le tocará plantear y pelear por cuestiones que suelen provocar entre desdén y aburrimiento en la corte corporativa.

«Ha llegado la hora de un nuevo contrato social», abre fuego en un texto publicado este miércoles en la web del foro y que querría ser el primer clavo del ataúd de «riesgos globales» como -recuenta- la codicia empresarial, las complicidades de gobiernos y organizaciones internacionales, la precariedad, el colapso climático, la desigualdad, la amenaza militar y las políticas migratorias. «La democracia se está convirtiendo en un daño colateral en el que los riesgos globales están siendo ignorados o agravados por quienes tienen el poder de actuar», dispara esta experta en educación, relaciones industriales y políticas sociales que, como el resto de sus compañeras de reparto, también resquebrajó el techo de cristal sindical al ser la primera mujer nombrada primero presidenta (2006) y luego secretaria de la organización internacional de trabajadores (2010).

«La negociación del nuevo contrato social debe poner el foco en la responsabilidad de las empresas y las nuevas plataformas-sigue la sindicalista-. La uberización de la economía, con la tecnología usada como excusa para rehuir la responsabilidad, no puede ser aceptada como la quilla de la industria 4.0. Los trabajadores no temen a la tecnología, sino a las condiciones laborales».

El desafío, por tanto, de Burrow será cómo ir más allá de las declaraciones de buenas intenciones.