La próxima «primera dama» de México rehúsa utilizar el título y gozar de los privilegios de las primeras damas del país. El argumento de Beatriz Gutiérrez Müller, esposa de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), es que estar casada con el presidente no debe darle a una mujer un lugar superior al del resto de las ciudadanas.

Así rompe una tradición tan arraigada que se repite en todos los niveles: aunque no se trata de cargos existentes en la legislación, los gobernadores de los estados y los alcaldes suelen darles a sus parejas o hijas el lugar de primera dama, con trato de dignidad burocrática, uso del título de presidenta del DIF (Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia, institución pública de asistencia social) de su localidad y manejo de recursos con discrecionalidad casi absoluta.

No es lo único que la diferencia de sus predecesoras: Gutiérrez Müller será, entre las esposas de los presidentes mexicanos de la época contemporánea, la que cuenta con mayor preparación y logros académicos, la que tiene la obra personal más sólida y la más dotada a nivel artístico.

Compañera

Las «primeras damas» mexicanas han llevado roles de fuerte protagonismo. La del mandatario saliente Enrique Peña Nieto (2012-2018), la actriz de telenovelas Angélica Rivera, fue parte de un escándalo cuando una investigación periodística reveló que ella y el presidente vivían en una mansión de siete millones de dólares, propiedad de un acaudalado constructor que recibía contratos públicos multimillonarios de gobiernos de su marido. Rivera apareció en un vídeo regañando a quienes, al señalar el conflicto de intereses, se metían con su vida privada.

La de Felipe Calderón (2006-2012), Margarita Zavala, es vista como el fallido instrumento de su esposo para regresar al poder, mediante una candidatura presidencial malograda este mismo año. En tanto que la de Vicente Fox (2000-2006), Marta Sahagún, fue la de mayor intervencionismo en la vida política, reclamando para ella y su marido reconocimiento como «pareja presidencial», y orquestando maniobras de financiación de campañas sociales de extrema derecha encubiertas como operaciones de filantropía.

«No empleo mis relaciones personales para usufructo propio», ha declarado Beatriz Gutiérrez, distanciándose de esos ejemplos. Su papel, acostumbra a explicar, será el que ha llevado durante 12 años, desde que se casó con AMLO, el de compañera, abandonando «la idea de que solo es adorno: aporta, cambia cosas, crea, lucha todos los días por un mejor país».

No ha resultado fácil estar siempre junto al mayor enemigo del sistema corrupto que prevalece en México: «Somos una familia muy espiada desde hace décadas», ha dicho, pues «aquí no sirve la denuncia. El teléfono intervenido, las cuentas bancarias. Saben lo que depositamos, lo que no depositamos, en fin, todo saben de un opositor y por ende de su familia».

Rocío Beltrán Medina, primera esposa de AMLO y madre de sus tres hijos mayores, murió en el 2003 a causa de una enfermedad crónica. Beatriz Gutiérrez ingresó un año después en el equipo del entonces jefe de Gobierno del Distrito Federal (hoy Ciudad de México), se casaron en el 2006 y tuvieron un hijo, Jesús Ernesto, en el 2007.

‘Cuídame tú’

Nacida en 1969, Gutiérrez es licenciada en Ciencias de la Comunicación, maestra en Letras Hispanoamericanas y doctora en Teoría Literaria. Es autora de varios libros y de monografías sobre personajes como Bernal Díaz del Castillo, Hernán Cortés, Francisco de Quevedo o Francisco I. Madero. Además, ha compuesto diversos temas que ella misma interpreta: el más reciente, que lanzó durante esta campaña electoral y dedica a la gente que lucha, es Cuídame tú.

Inicia esta nueva fase tratando de desterrar el concepto de «primera dama». «En México es difícil», reconoce. «Pero en algún momento se tiene que comenzar a erradicar, sobre todo si es sinónimo de privilegios, ostentación y abuso de poder».