Calpurnio Pisón es alto y delgado, como Cuttlas, el cowboy bondadoso cuyas historias hablan de todo y de nada, pero nunca de wéstern. Sus indios, bandidos, mexicanos y extraterrestres están dibujados con cuatro trazos y una pelotita para la cabeza, la mínima expresión de la forma humana. Pero hay mucho dibujo debajo de esos palotes, cuidado.

Tras 30 años conviviendo con el tirillas, como él le llama, Calpurnio ha decidido escribir y dibujar historias de personajes con cara y ojos. Aunque algunos de ellos solo tengan cara y ojos. Calpurnio es así.

Calpurnio Pisón (Zaragoza, 1959) ha rescatado a Don Cenizo, un personaje creado para una colección de fanzines (Negro) rebautizándolo como el señor Malasombra, un tipo funesto que colecciona moscas y arrastra la negrura tras de si. Con él arranca Mundo Plasma, la nueva creación del dibujante zaragozano afincado en Valencia.

En esta serie de tiras cómicas concebidas para la prensa diaria -es el medio en el que mejor se mueve Calpurnio y donde ha publicado durante años El bueno de Cuttlas- recupera el tono expresionista del Doctor Gangrena, uno de sus primeros personajes.

«Para esta aventura [Calpurnio] abandona la complejidad formal para plantear una historia aparentemente sencilla, pero que se lanza con arrojo y desvergüenza a cualquier lodazal teórico de la ciencia y la paranoia modernas», reflexiona Álvaro Pons en la introducción a un volumen primorosamente publicado por Reservoir Books.

Calpurnio ha vaciado su cabeza sobre el papel con la técnica surrealista de la escritura automática. Los personajes y las situaciones van surgiendo sobre la marcha con un resultado divertido y brillante.

La galería de personajes es la monda. Allá van algunos: Señor Plasma es un moco humano; la Señora Culoseco es una mujer de un solo pie e ínfulas detectivescas; Damien, un niño poseído por el demonio; Cabeza, un huevo con ojos que flota y tiene poderes hipnóticos; Cara de Bélmez, una aparición mural; Elmer poseso, un cerdito de los dibujos animados endemoniado. Todos ellos coinciden en una pensión sin salida y de habitaciones infinitas que parece salida de la plumilla de M.C. Escher. Se trata de un espacio multidimesional con infinitas realidades, dotado de un humor absurdo como la risa que provoca un estornudo. La obra se termina convirtiendo en un trhiller criminal. Si quieren saber más tendrán que leer el tebeo.

Invasores extraterrestres, reptilianos, posesiones infernales y Buda se mezclan con misterios como la física cuántica, la teoría de cuerdas o José María Aznar.

Mundo Plasma es la sopa primigenia que Calpurnio ha preparado para alumbrar un nuevo mundo del que nos aguardan nuevas entregas. De hecho, las tiras de Mundo Plasma publicadas en este volumen han aparecido semanalmente en el diario digital valenciaplaza.com.

Pero hay más. Calpurnio ha vuelto a publicar una página al mes de El bueno de Cuttlas en la revista Plaza y ha sacado a la calle un libro recopilatorio de los once años del vaquero que recoge las mejores historias del peculiar vaquero, enfrentado a su acérrimo enemigo Jak el Malvado y acompañado por su novia Mabel y su inseparable amigo Jim.

Entre sus principales influencias, Calpurnio cita a Winsor McCay (Little Nemo in Slumberland): «Fue uno de los inventores de la técnica de la animación; era simpático, una figura mediática en EEUU a la que los medios pedían su opinión. Era un showman y un humanista. Me siento identificado con él porque creo que dibujando puedes desarrollar tu capacidad en muchos otros campos», glosa a este diario con admiración.

«Mundo plasma es una historieta de aspecto intencionadamente infantil pero con un trasfondo trágico. A pesar de todo, está resuelta desde el humor. De alguna manera, se trata de una trama realista protagonizada por personajes absurdos, lo que provoca que todo se vuelva absurdo», declara el artista, alguien muy querido y recordado en su ciudad.

De hecho Calpurnio recibió en diciembre el Gran premio del cómic aragonés 2016 en reconocimiento a toda su trayectoria, en el marco del XV Salón del cómic de Zaragoza y durante la tradicional gala ofrecida por el blog sobre cómic Viñetario que ya atesora seis años de experiencia.