Cuando la periodista Isabel Muntané leía cuentos a sus hijas, reinventaba su contenido, harta de los estereotipos de género que transmitían. Muchos padres han experimentado ese mismo desasosiego. Quizás esto explique el éxito de Cuentos de buenas noches para niñas rebeldes (Destino Infantil). «El libro ha conectado con una sociedad que pide un cambio», afirma Muntané, que dirige el máster de Género y Comunicación de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB).

El texto, que se publicó en EEUU en el 2016 y salió traducido al castellano hace dos semanas, ha vendido un millón de ejemplares. En el 2016, las creativas italianas afincadas en California Elena Favilli y Francesca Cavallo solicitaron donaciones por medio de internet (crowdfunding) para editar el texto. Las contribuciones rebasaron el millón de dólares: nunca se había alcanzado tanto por un libro. Ahora, preparan una segunda parte.

El volumen consta de las biografías de 100 mujeres, acompañadas por retratos dibujados por sesenta ilustradoras. Las vidas están explicadas como un cuento (empezando por el clásico «Érase una vez»), pero las heroínas son reales. En la lista, hay celebridades (Marie Curie, Frida Khalo, Serena Williams, Nina Simone, Michelle Obama, Coco Chanel…) y perfiles de todos los tiempos y países: desde la astrónoma helenística Hipatia, hasta Yusra Mardini, la nadadora olímpica siria que empujó a nado la barcaza con la cual alcanzó Europa en el año 2015. Hay reinas pero también personas anónimas: Manal Al-Sharif, la joven saudí que se atrevió a conducir un coche; o Coy Mathis, la niña que quiso cambiar su cuerpo de niño; o Maud Stevens Wagner, una acróbata apasionada de tatuajes de siglo XIX.

¿Qué tienen en común estas mujeres? Soñaron en grande, aspiraron a más y lucharon con fuerza, tal y como recomienda a las lectoras la dedicatoria. «Es importante que las niñas conozcan los obstáculos que afrontarán a lo largo de su vida, pero también […] que sepan que podrán superarlos», explican las autoras en el prólogo.

Historias duras

Favilli y Cavallo no evitan historias duras, como la de Malala Yousafzai, la Premio Nobel por la Paz paquistaní que fue tiroteada por los talibanes. Tampoco huyen de perfiles controvertidos, como el de la británica Margaret Thatcher, que gobernó un país nada acostumbrado a ver a mujeres en el poder.

Los padres también pueden descubrir personajes poco conocidos: como la pirata Jacquotte Delahaye o la faraona Hatshepsut, cuya memoria fue borrada para alejar a otras mujeres del poder. Desafortunadamente, no hay mujeres españolas, pero sí muchas hispanas, como las cholitas escaladoras de Bolivia, la espía colombiana Policarpa Salavarrieta, o la percusionista cubana Millo Castro Zaldarriaga.

La historia misma de las autoras merecería ser una más en la lista. Rondando la treintena, la periodista Favilli y la dramaturga Cavallo se mudaron de Milán a Silicon Valley. Su objetivo era lanzar a lo grande TimbuktuMag, una revista infantil para el iPad. Juntas desarrollaron aplicaciones educativas, libros, e incluso un parque infantil interactivo que cualquier escuela puede fabricar con sus manos y unos móviles.

Conscientes de que la mayoría de los relatos infantiles tienen a hombres como protagonistas, empezaron a escribir cuentos «para niñas rebeldes». Así los describían en una newsletter que enviaban a sus clientes. Esas narraciones gustaban, pero cuando las dos buscaron inversores para convertirlas en un libro, se chocaron con los machos de Silicon Valley. En un artículo, Favilli relató respuestas que oscilan entre la suficiencia («¿a quién le interesará unas biografías de mujeres?») y el acoso («es un placer tener aquí una mujer tan guapa»).

En abril del 2016 decidieron autofinanciar el libro con donaciones. Buscaban 40.000 dólares, pero triplicaron esa cifra. «Nos enteramos del crowdfunding y empezamos a fijarnos en el proyecto», explica Iván Barreto, editor responsable de la versión en español.

Según Barreto, el éxito del libro se debe a la combinación del cuento tradicional con historias reales. También la demanda ha cambiado. «A las niñas les debe chocar ver ciertas películas con ciertos roles tradicionales», afirma Juana Gallego, directora del observatorio de igualdad de la Autónoma de Barcelona.

No obstante, los productos con visión de género aún son minoría. «La mayoría de videoclips, dibujos animados y cuentos siguen teniendo una visión patriarcal», afirma Muntané. Barreto reconoce que en el entorno editorial muchos siguen razonando en términos de historias para niños o para niñas. «Hay muchas historias que aún no sabemos contar. Pero este libro está abriendo un campo», afirma.

Gallego subraya la importancia de ofrecer referentes, para que las niñas se sientan empoderadas. Y también porque la cultura ha invisibilizado la tarea de muchas mujeres. «Es significativo el papel de la ilustración: reconocemos la caras de los hombres importantes, pero no de las mujeres», argumenta Muntané.

La periodista feminista Elena Ledda considera el libro necesario, pero alerta sobre poner el foco en mujeres «extraordinarias». «¿Y por qué no las ordinarias? Hay que desmontar el mito del éxito obligatorio y dar dignidad a los trabajos humildes que necesitamos tanto para vivir bien», apunta. «Aún hoy, las mujeres necesitan ser extraordinarias para llegar dónde quieren: es decir, esforzarse más que los hombres para ser reconocidas», añade.

«¡Tú, puedes!»

«La idea del ‘¡tú puedes!’ me parece una estafa», argumenta Carmen García Ribas, directora del Congreso Internacional de Liderazgo Femenino. «Hay una canción italiana que dice: ‘Cada uno tiene el derecho de vivir como puede’. Yo tengo el derecho de sentirme bien llegue donde llegue. La idea del héroe no me parece mal en la ficción. Pero en la vida real hay dificultades. Si se insiste mucho en el ‘¡tú puedes!’ se puede generar sentido de culpabilidad», afirma.

No obstante la comunidad de «niñas rebeldes» de Favilli y Cavallo (que incluso dispone de una plataforma «secreta» en Internet) no para de crecer. El crowdfunding del segundo libro ya ha superado los 800.000 dólares y la versión española ya tiene segunda impresión. El mensaje de la dedicatoria ha calado: «Soñad en grande, aspirad a más, luchad con fuerza. Y, ante la duda, recordad: tenéis razón».