La Akira de Indiana, la niña de origen y paradero desconocidos que rompe brazos y hace volar a la gente solo poniendo cara de muy mala leche, nació en realidad en Marbella, cuando la ciudad era el cortijo de Julián Muñoz y el dinero corría en bolsas de basura. En el 2008, cuando el ladrillo ya daba signos de fatiga, su familia, dedicada al sector inmobiliario, emigró a Dorset (Inglaterra) y luego, en el 2012, a Orlando, donde empezó a ir a clases de interpretación. Una profesora la animó a que probara con las audiciones y, en un tiempo récord, fichó por las series <i>Once upon a time</i>, <i>Wonderland, Intruders</i>, <i>Modern Family</i> y <i>Anatomía de Grey </i>yse convirtió en la jefaza rara de <i>Stranger Things</i> -ya saben: rapada, telequinésica y con sangrados de nariz-. Ya investida como fenómeno, ha firmado un contrato de siete cifras para la próxima <i>Godzilla.</i>