El 11 de diciembre de 1967 se estrenaba en Nueva York Adivina quién viene esta noche, un drama amable de Stanley Kramer sobre el racismo en Estados Unidos: una joven blanca de clase burguesa presenta su novio afroamericano, encarnado por Sidney Poitier, a sus conservadores padres, Katharine Hepburn y Spencer Tracy. Menos de cuatro meses después, el 4 de abril de 1968, Martin Luther King era asesinado por un segregacionista blanco en Menfis. A los pocos días, los distribuidores del filme de Kramer, que aún estaba en las salas comerciales, decidieron cortar una escena en la que la criada del matrimonio blanco le dice al personaje de Poitier: «¿Usted quién se cree que es, Martin Luther King?».

En vida, el cine le tuvo en poca consideración. Pocos días después de su asesinato, y lo que su muerte violenta comportaba para la desaparición de la vía más dialogada en los conflictos raciales estadounidenses, decidían hurtar una de las pocas referencias que se le había hecho. Y no era una referencia precisamente simpática o positiva. Hablar del tratamiento de la figura de Martin Luther King en el cine de Hollywood es hablar antes de una ausencia que de una presencia, al menos en el territorio de la ficción, más allá de las referencias sobre su persona que puedan hacerse en películas sobre el asesinato de John Fitzgerald Kennedy (JFK), Malcolm X (el filme homónimo de Spike Lee) o en torno a los derechos civiles (Arde Mississippi).

Mientras que el más beligerante Malcolm X gozó de una producción de envergadura dirigida por Lee y protagonizada por Denzel Washington en 1992, King debía consolarse en los dominios del documental. Y con una repercusión limitada: King: A Filmed Record… Montgomery to Memphis (1970) contiene imágenes de archivo y narraciones a cargo de actores representativos de la línea más progresista (Paul Newman, James Earl Jones, Burt Lancaster, Marlon Brando, Sidney Poitier, Ben Gazzara) y también derechista (Charlton Heston) de Hollywood, y fue realizado por Joseph L. Mankiewicz y Sidney Lumet, pero solo se ha visto en contadas ocasiones en la Librería del Congreso de los Estados Unidos.

Existe también una miniserie televisiva de Abby Man King (1978), en la que Paul Winfield encarna al personaje desde su ministerio en la iglesia baptista hasta su asesinato, y el reciente documental canadiense I Am MLK Jr. (2018), además de su presencia en Todo el poder para el pueblo, documental montado en 1996 sobre los Derechos Civiles en los 60.

Proyecto truncado

La visión del cine sobre Martin Luther King podría haber cambiado de materializarse el proyecto de biopic que Steven Spielberg tenía en el 2009, aunque al final el director se inclinó por un filme biográfico de Abraham Lincoln. Sigue faltando pues una película importante sobre el predicador y político de Atlanta, ya que Selma (2014), de Ava DuVernay, se centra en la marcha liderada por King en 1965 desde Selma hasta Montgomery, en Alabama, que sirvió para que fuera aprobada una ley sobre el derecho al voto de la población negra.