Selectivo con sus proyectos, Day-Lewis solo ha rodado cuatro películas desde el 2007, y la cuarta será la última. «Es definitivo», asegura su querido Jim Sheridan. Se va, al parecer, por la puerta grande, dirigido por Paul Thomas Anderson (‘Pozos de ambición’) en un aplaudido romance gótico bajo la influencia de Alfred Hitchcock y George Cukor.

Day-Lewis es aquí Reynolds Jeremiah Woodcock, un diseñador del Londres de los 50 que delinea su vida amorosa con tanta precisión como sus patrones, supervisado en la distancia por su hermana Cyril (Leslie Manville). Pero su patrón vital se tambalea con la aparición de Alma (Vicky Krieps), una joven camarera que se deja atrapar por sus atenciones y acaba convertida en ayudante, modelo y (sugerida) amante.

Según las críticas, el juego de poder entre ambos personajes resulta fascinante. Igual que ver a Day-Lewis convertido en modisto absolutamente creíble. Para lograrlo, el actor no solo estudió desfiles de la época y se zambulló en la obra de diseñadores de entonces, sino que también aprendió a coser de la mano de Marc Happel, el mismísimo director de vestuario del New York City Ballet.