Decía hace poco la estrella del R&B Frank Ocean en su Tumblr que, a partir de ahora, Michael Stuhlbarg era su padre, «y esto es así». Lo decía porque había visto Call me by your name y, como otros muchos, había quedado tocado por su interpretación de un padre de ensueño. Solo por su discurso final de tres minutos a un hijo (Timothée Chalamet) con mal de amores podría llevarse un Oscar a casa el próximo marzo.

Lo que está claro es que Michael Stuhlbarg (1968), como mínimo, irá a la ceremonia. Además del celebrado filme de Luca Guadagnino, últimamente está en La forma del agua, de Guillermo Del Toro, y Los archivos del Pentágono, de Steven Spielberg, otras dos películas llamadas a amasar nominaciones. En la primera encarna a un científico/espía decidido a salvar a un tritón (Doug Jones) de las garras de un agente del gobierno (Michael Shannon). En la segunda, al venerable editor del The New York Times Abe Rosenthal. Su capacidad de transformación no conoce límites.

Si todavía no lo llamamos por su nombre, sino «El Tío Ese Que Salía En…», es porque Stuhlbarg nunca quiso ser un famoso al estilo Hollywood. No empezó buscándose la vida en Los Ángeles, sino que estudió teatro en Nueva York y allí se quedó. Su primer papel protagonista, en 1994, fue en un Ricardo II para el mismísimo Steven Berkoff. «Otros actores de mi generación -contó en The Guardian- estaban entrando en la industria del cine, pero yo no me sentía preparado para actuar delante de la cámara».

Empezó a hacerlo en El precio de la libertad, compartiendo reparto con Renée Zellweger; series como Ley y orden: Acción criminal, Studio 60 y Daños y perjuicios, y, finalmente, una película de un director con nombre, Red de mentiras, de Ridley Scott. Por desgracia, era una escena de una sola línea.

Lanzado por los Coen

Pero solo un año después protagonizaba Un tipo serio, de los Coen, quienes descubrieron a Stuhlbarg en el teatro y no en la película de Scott. El actor deslumbró en el papel del profesor de física Larry Gopnik, un hombre con principios, un tipo serio, asediado por problemas conyugales, laborales y de salud.

«Él ha sido una fuente de inspiración para mí desde que le vi en esa película», ha dicho Luca Guadagnino, director de Call me by your name, en la revista Vanity Fair. «Es sólido como una roca. Es reflexivo y se prepara un montón. Tienes la sensación de estar en las manos perfectas. Es un actor con mucha empatía».

El mismo Michael Stuhlbarg ha comentado que su técnica actoral se basa en «escuchar» a los personajes: «Si miras de cerca y escuchas bien, te sorprenderás de todo lo que puedes coger», declaró al periódico Los Angeles Times. Pero su trabajo se basa, también, en reunir toda la información posible sobre sus personajes, indagar en su estética, dibujarlos literalmente.

Muy profesional

Guillermo del Toro le pasó cuatro páginas de biografía de su personaje en La forma del agua, pero él necesitaba más: saber qué aspecto tiene un hombre llamado Robert Hoffstetler. Las gafas que acabó llevando en la película fueron elegidas entre posibilidades infinitas.

Si no lo han visto en el filme de los hermanos Coen Un tipo serio, es posible que lo hayan pillado como crítico de cine en La invención de Hugo, visionario enloquecido en Men in black 3, colega de Steve Jobs en Steve Jobs, Edward G. Robinson en Trumbo, el Dr. Nicodemus West en Doctor Strange (Doctor Extraño)… No, en serio, lo extraño de verdad sería que nunca lo hubiesen visto.

Y este año, Michael Stuhlbarg no estará solo en las tres favoritas a los Oscar citadas al principio. También lo tendremos en la piel del zar del antiterrorismo Richard Clarke en la serie La torre elevada, basada en el libro de Wright,Lawrence.