Recién cumplidos los 37, lleva poniéndose frente a la cámara desde antes de tener edad para ir al cine sin sus padres -la precocidad, está claro, forma parte del gen Skarsgård-. A la espera de que Hollywood llame, no ha dejado de trabajar para la pantalla grande y especialmente para la pequeña. Debutó fuera de Escandinavia en<i> El camino a la libertad</i> (2010), y desde entonces el público internacional ha tenido ocasión de verlo en la odisea <i>Kon-Tiki</i>, en su día nominada al Oscar, y como presencia habitual en <i>Vikingos</i>, que el miércoles estrenó en España su quinta temporada (TNT). Pero quizá sea<i> Westworld</i>, en cuya segunda temporada participará, la serie que acabe suponiendo su trampolín.