Las hermanas Hurtado se pasaron los años 80 poniendo el contrapunto cañí y distópico a la fantasía que cada viernes emitía el programa ‘Un, dos, tres’, en el que, recordemos, un grupo de azafatas-secretarias con muy poca ropa y gafas muy grandes adornaban la incipiente cultura consumista que encarnaban sus premios gordos: un 131 Supermirafiori y un apartamento en Torrevieja, Alicante. Siempre únicas -y juntas- ahora tienen una cuenta de Instagram en la que siguen cultivando su particular sentido del arte y la vida en collages kitch y surrealistas.