-La semana pasada ocupaba esta entrevista Juan Valderrama, hijo de Juanito Valderrama, que le formula la siguiente pregunta: ¿Cuál es para usted la mejor frase de la historia del cine?

-Más que una frase me referiré a una escena de mi admirado Marlon Brando en ‘El último tango en París’. Su esposa muerta aparece tendida sobre una cama y le habla de una manera como nunca he visto interpretando. Improvisó y dio rienda suelta a todo su talento.

-Usted es hijo de Antonia y Pepe...

-Sí. Han sido unos padres que han estado toda su vida trabajando, sobre todo enfocado a que sus hijos tuvieran una orientación universitaria. Son gente sencilla, de pueblo, comprometida con la labor de educar a sus hijos.

-Describa su infancia...

-En Granada y un poco contradictoria en el sentido de que mis padres eran trabajadores y no tuve quizá una atención arropada, por definirlo de alguna manera. A los 6 años me enviaron a un colegio a 8 kilómetros del pueblo. Y bajo esa ausencia luego he tenido ciertas historias personales que he debido superar y que están dentro de mi aprendizaje. Por otro lado, recuerdo la belleza del campo, la conexión con la naturaleza de una forma gozosa, salíamos por las noches a comer mandarinas y jugábamos en la calle, no como ahora que están los críos todo el día pegados a las tablets.

-«Es muy importante que elijas muy bien tus sueños», decía su abuela Francisca. El suyo fue ser actor...

-El mío en principio era ser futbolista, deseaba ser un buen jugador y triunfar en el fútbol, pero las limitaciones eran bastante evidentes (risas). Lo de actor vino después, había una cierta llamada. Me fui a estudiar Empresariales, fue un fracaso total y había algo dentro de mí que me llevaba a la interpretación. A los 13 años grabé incluso un documental con unos alemanes que vinieron al pueblo. La vida te va guiando hacia un camino, aunque tú inconscientemente no lo estás reconociendo en ese momento, pero luego aparecen esas señales que te indican que tienes que elegir eso. Yo elegí lo de actor con 27 años, fruto de una crisis personal también, donde tenía que encontrar un nuevo camino para rehacer mi vida. Y dije, bueno, vamos a intentar esto.

-Porque curiosamente ha confesado alguna vez que no se sentía merecedor de tener ese sueño...

-Así es. Me costó mucho tiempo decir que era actor. Era algo así como los derechos, ¿tienes derecho a la vida, tienes derecho a la prosperidad? en función de cómo ha ido tu vida estas cosas te van a costar más o menos, entonces es como que siempre me estoy ganando el derecho a ser actor. Ha sido una constante batalla.

-Y se va a Madrid...

Sí. A probar, con una maleta, lleno de miedo, muy perdido. Al año y medio empecé a sentir algo más profundo, más especial, y me di cuenta de que podía hacer algo más interesante y que coherentemente podía desarrollar una carrera.

-Pero antes de ese viaje hubo otro a Extremadura, ¿puede describirlo?

-Al hilo de lo que he dicho antes sobre el interés de mis padres en darnos una educación, estuvieron buscando internados y al final fueron a parar al colegio Claret, en Don Benito. Primero fue mi hermano mayor, después me marché yo, y luego el pequeño. Estuvimos los tres durante tres años. Y fue un contraste entre lo peor y lo mejor de mi vida.

-’La mala educación’ es una película estrenada en 2004 por Pedro Almodóvar, que habla de la vida en un colegio católico, de los abusos físicos y sexuales que sufrieron sus dos protagonistas a manos de un sacerdote. Usted estuvo en un internado. ¿Cree que Almodóvar retrató acertadamente lo que ocurría en los centros católicos de los años 80?

-Sí, creo que incluso se quedó corto viendo los escándalos que ha habido, que hay y que la Iglesia no quiere seguir viendo. Pero eso es algo que es constatable y evidente. De hecho el Papa Francisco está ahora intentando solucionar este tema dándole más visibilidad dado que es una sociedad bastante opaca y se protegen entre sus miembros.

-¿Y qué lección positiva saca usted de aquel ambiente represivo, regla en mano, de oración de la mañana?

-Las personas que conocí y con las que compartí mi vida, me llevo eso en el corazón, y está y sigue.

-Ha hecho mención al Papa. ¿Cree que esa Iglesia que usted vivió en la Extremadura de esos años es negativa a ojos del Sumo Pontífice?

-Es una realidad con bastante peso, que nos asfixia a todos. Creo que el Papa es la punta de lanza que viene a abanderar el cambio necesario para que sea una Iglesia cercana, visible, en la que se evite cualquier tipo de demonización a las personas. Oye, ya está bien del cuento ese de que ahora creemos en el infierno, que siguen manteniendo muchos curas y sobre todo en este país, tan casposo en ese sentido.

-’Y vos toleráís que vuestro pueblo esté mal educado, sus modales corruptos desde la infancia, y después los castigáis por los crímenes a los que su primitiva educación los ha abocado. Se llega a la terrible conclusión, señor, de que primero los hacéis ladrones y los castigáis después’. Lo dijo Tomás Moro en su ‘Utopía’ de 1516, y fíjese que esa es la realidad a la que algunos políticos han sometido hoy a este país...

-Completamente. Y además es que encima no te permiten que seas pobre. Te culpabilizan a ti por la falta de recursos que tenemos. Estoy saturado de los políticos, creo que son figuras que empiezan a ser prescindibles porque lo que necesitamos son gestores que gestionen el país, no políticos que nos enfrenten. Además, ellos solo trabajan para un 4% de la población, para establecerse en el poder. Y en definitiva desprecian a su pueblo, nos esclavizan, nos manipulan y creo que nos están llevando a una confrontación donde ellos siempre salen inmunes y los platos rotos los paga siempre el pueblo.

-Este país está viviendo, por cierto, uno de sus momentos más convulsos. ¿Es el catalán un pueblo oprimido por el estado español?

-Oprimido también por el propio estado de Puigdemont. El español nos oprime a todos. Un político desprecia a la mitad de su propio país y un gobierno que también desprecia a la mayoría de los ciudadanos españoles aplicando unas políticas que lo que hacen es romper esa unidad de España que ellos tanto se abanderan, con ese patriotismo en cierta manera barato.

-¿Hay en Cataluña presos políticos o políticos presos?

-Esto es una consecuencia directa de la Ley Mordaza, que reprime el derecho de expresión. Creo que tenemos que estar muy atentos a todos estos movimientos que al fin y al cabo lo que persiguen es tenernos controlados, amenazados, llenos de miedo y que no podamos movilizarnos para defender nuestros derechos porque a la primera de cambio o te ponen una denuncia o te meten en la cárcel.

-¿Pero a usted le parece coherente que un ya destituido mayor de los Mossos acusado de sedición fuera recibido como un héroe?

-Eso es fruto de la sociedad contradictoria en la que estamos que te obliga a estar en un bando. Y yo es que no estoy en ningún bando más que en el de la unidad del pueblo en cuanto que nos dejen en paz. Porque si le preguntamos a un padre de familia qué desea, contestará: «Lo que deseo es trabajar, estar bien, tener un salario digno y estar con mi familia». A partir de ahí quienes confrontan son los políticos, que siempre se van de rositas y siempre tienen los bolsillos llenos.

-De manera que usted es de los que defienden que en lugar de cabrear al independentismo hay que dialogar con él...

-Completamente. ¿Si no dialogamos qué hacemos, nos enfrentamos, Israel y Palestina, a la gresca?

-¿Qué futuro le augura usted a Cataluña, donde tanto dinero está costando el independentismo, con la fuga de empresas y una desconfianza europea?

-Hay una confrontación evidente y una maquinaria dispuesta a manipular a la gente. Un gobierno utiliza todos sus medios, el dinero público, para fagocitar a la ciudadanía. Y eso es lamentable.

-¿Este es un enfrentamiento entre Cataluña y España o cree que se ha visibilizado un enfrentamiento de Cataluña contra Cataluña?

-Es un enfrentamiento entre los políticos y la ciudadanía.

-Vayamos al cine. Usted ha trabajado en numerosas producciones...

-Mis comienzos han sido de actor todoterreno y he tenido que hacer de todo en esta profesión para poder sobrevivir. Es complicado porque esta sociedad siempre te impide el vivir de los sueños, de algo que te gusta. He hecho muchos episódicos, televisión, el agente Peláez en ‘El Caso’...

-También ha hecho teatro, ‘Bodas de Sangre, por ejemplo’. Qué regalo esta frase de Lorca: «Vamos al rincón oscuro, donde yo siempre te quiera, que no me importa la gente ni el veneno que nos echa»...

-Una maravilla... He trabajado con los grandes directores de este país como José Carlos Plaza, Miguel Narros, Ernesto Caballero, Eduardo Vasco.... para el Centro Dramático Nacional en cuatro producciones y he realizado giras espectaculares por todo el país, que desgraciadamente son cada vez más escasas y raquíticas. El teatro es mi esencia, mi naturaleza de vida, es el sitio donde realmente me encuentro realizado, vivido, es mi medio de expresión, donde intento dar lo mejor de mí, involucrándome en todos los aspectos tanto buenos y malos que tengo y poder reflejarlos a los demás con total sencillez y naturalidad, sin miedo a sacar lo mejor y lo peor que pueda tener.

-Además estuvo en Mérida...

-Estar en el Teatro Romano de Mérida era un sueño que al final conseguí, y además con una producción de Extremadura, ‘Viriato Rey’; y sin micros. Así que tener ese bautismo teatral, en Mérida y sin micros, fue maravilloso. Además fue un placer trabajar con compañeros de la talla de José Vicente Moirón o Domingo Cruz. Estuve también con ‘Calígula’, bajo la dirección de Santiago Sánchez. Amo Extremadura.

-¿Y qué diferencia hay entre el cine y el teatro?

-Diferencias hay muchas, pero sobre todo es la inmediatez que tiene el teatro, donde no hay ni trampa ni cartón. El cine es quizá más intenso porque trabajas para una cámara, que lo capta todo y ahí las emociones tienen que estar mucho más comprometidas en cuanto a la intensidad que tienes que reflejar en una mirada, por ejemplo.

-También ha pasado por televisión, ha sido Fernando León del Castillo, ministro de ultramar en el reinado de Alfonso XII, en ‘El ministerio del tiempo’, ha participado en ‘Amar en tiempos revueltos’, ‘Águila Roja’ y ahora en ‘Sabuesos’...

-Ahora ‘Sabuesos’, que ha sido lo último que he estado grabando, con la productora Plano a Plano e Iñaki Mercero como director. La verdad es que ha sido muy edificante volver a encontrarme con ellos. Cuando hay directores que confían en ti y te vuelven a llamar, estás trabajando en un lugar más bonito.

-Hay un sector que denosta la televisión, pero fíjese que es un escaparate para ustedes los actores. ¿Cree que tiene algo de pedagógico?

-Pedagógico tiene en cuanto que es una ventana que nos asoma al mundo, pero todo depende de cómo se construya esa ventana. Ahora mismo hay una manipulación brutal tanto en TV3, TeleMadrid, como en TVE 1, como en Canal Sur, politizada completamente, y eso es desastroso para todos. Ya que es un medio de comunicación que está al alcance de cualquiera tendríamos que ser constructivos y educativos en ese sentido.

-Está embarcado en una nueva aventura, ‘Cuando los ángeles duermen’, con guión y dirección de Gonzalo Bendala, un thriller psicológico que narra la historia de Germán, un honrado padre de familia que ve como su mundo se tambalea cuando atropella a dos adolescentes de forma accidental...

-Está siendo un rodaje bastante intenso, nocturno en la mayoría de las jornadas. Tengo un papel de guardia civil y poniendo tono de autoridad. Creo que va a ser un buen trabajo, una buena sorpresa para el telespectador. Esta película me está aportando pasión por lo que hago. Hacía tiempo que no participaba en un proyecto cinematográfico y he vuelto a tener la oportunidad de poder disfrutar. Ha sido muy bonito. Cuando dicen ‘Acción’ te metes en ese mundo que para mí tiene más vida que la vida.

-Y para terminar esta entrevista lo haremos con la letra de una canción de Leño, uno de los grandes grupos del rock español: «No pienses que estoy muy triste si no me ves sonreír, es simplemnete despiste, maneras de vivir»...

-(Sonríe). Pues vivamos todos, felices y contentos, siempre unidos, que al fin y al cabo lo que necesitamos es salud, un trabajo, la familia y los amigos.