Algo más de 3.000 emeritenses residen en casas que presentan un estado poco apto para vivir, según el censo del INE, que indica, además, que hay 300 personas viviendo en inmuebles considerados como en ruinas.

Por otro lado, cerca de medio millar ocupa residencias cuyo estado es calificado de malo , y otros 2.200 en casas que presentan deficientes condiciones de habitabilidad.

En total, en la capital extremeña hay 74 viviendas consideradas en estado ruinoso, a las que se unen otras 342 en malas condiciones y 1.500 que soportan graves deficiencias. Esto supone que en torno al 8% del parque local de viviendas no están en buen estado.

Por lo que se refiere a la edad de los inmuebles, el estudio estadístico indica que la mayor parte de los mismos (algo más de 21.000) tienen menos de medio siglo, y la mitad de ellos fueron construidos hace menos de dos décadas.

En el extremo contrario, aún quedan en pie casi 400 viviendas con más de un siglo, de las que 308 presentan un estado bueno para ser ocupadas, mientras que el resto está en condiciones deficientes, malas o, en torno a una decena, ruinosas.