Tres de cada cuatro personas que están registradas en el paro no tienen estudios o, como máximo, han terminado la Educación Secundaria Obligatoria (ESO). Esto quiere decir que hay algo más de 5.100 emeritenses --en las listas del Servicio Extremeño de Salud había inscritos al cierre de septiembre 6.835 personas-- que no han terminado el Bachillerato o que no han finalizado ningún grado de Formación Profesional y que están inscritos como demandantes de empleo.

Esta es la situación en la que se encuentra a día de hoy el mercado de trabajo en la ciudad, en la que se pone de manifiesto, a tenor de los datos facilitados por el Sexpe, la importancia de la formación para la búsqueda de un empleo. Hay otras cifras que abundan en esta perspectiva. Así, si se analiza la evolución en los doce últimos meses, el paro ha crecido un 4,4% en su conjunto, pero si se toman como referencia algunos indicativos de formación se confirma que aquellos que tienen menor nivel académico son los más vulnerables a la destrucción de empleo.

Tomando como ejemplo a quienes poseen un grado medio de Formación Profesional, el paro, pese a haber crecido, lo ha hecho por debajo de la media, en concreto, en un 1,8%. Si aumenta el nivel de titulación las posibilidades aumentan en el mercado laboral. Así, entre los licenciados universitarios, el paro no ha crecido, sino que ha disminuido durante el último año en un 4,04%. Las cifras que maneja el Sexpe, no obstante, no recogen si estos demandantes con licenciaturas universitarias e incluso doctores, ocupan un puesto acorde con su categoría profesional, pero al menos si reflejan que eleva las oportunidades de encontrar un empleo.

Vicente Varela, gerente de zona del Sexpe de Mérida-Almendralejo, anima a la población a continuar sus estudios y su formación como herramienta para aumentar sus posibilidades en el mercado de trabajo.