El 90% de los incendios que se registran en la ciudad en los meses de verano son intencionados, una buena parte de ellos por los interesados de las parcelas que se queman con el objeto de cobrar el seguro. En lo que va de verano se han producido más focos que en las mismas fechas del pasado año, aunque son fuegos de pequeña intensidad, según han explicado a este periódico fuentes del parque de bomberos. Así, es habitual que cada día salgan al menos tres veces a apagar una zona de pastos.

Este elevado porcentaje de incendios causados con intención por el hombre, 90 de cada 100, es en muchos casos interesado, para cobrar un seguro ante una previsible mala cosecha, o simplemente "porque a la gente le da por quemar", aseguran, al margen de los provocados por el incumplimiento de quemar rastrojos en verano.

Tal es la cifra de focos en lo que va de verano que "un día tuvimos incluso nueve salidas, aunque no todas para apagar incendios". Desde que comenzara la época estival, los profesionales de este parque han realizado 300 salidas, casi la mitad del total del año, y de ellas casi un centenar en el último mes han sido para sofocar las llamas no sólo de pastos y matorral, sino también de naves industriales y otras instalaciones.

FALTA DE PERSONAL Además, se da la circunstancia de que en esta época del año la escasez de personal agrava aún más la situación. Actualmente están en plantilla 25 bomberos, pero cada día cubren el servicio de Mérida y su comarca sólo tres, que trabajan veinticuatro horas seguidas y descansan después cuatro días. Esto provoca, insisten, que no puedan atender dos demandas a la vez, una situación que mejoraría con la incorporación de otros 25 profesionales, para que estén de servicio al menos ocho bomberos diarios.

El último ejemplo es claro, el martes pasado se produjo un indencio en la nave industrial de la antigua fábrica de Hilaturas. Para sofocar las llamas, además de los escasos efectivos disponibles en Mérida, fue necesaria la presencia de bomberos de Almendralejo y Zafra. Otro ejemplo, más grave, que da fe de cómo está la situación es el fatal accidente ocurrido el pasado mes en la autovía A-5, a apenas un kilómetro del parque, en el que murieron cinco personas. En ese momento, los bomberos que trabajaban ese día estaban apagando un incendio en el otro extremo de la ciudad.

El hecho de que Mérida no cuente con un parque propio tampoco ayuda, apuntan, ya que la mitad de los trabajadores pertenecen a la Diputación de Badajoz y el resto al ayuntamiento.