La presidenta de la Asociación Emeritense para la Defensa de los Afectados por los Ruidos (Aedar), Maribel Fernández, manifestó ayer que el ayuntamiento debería haber cerrado la sala Disco Teatro hace 20 años, cuando se interpusieron las primeras denuncias por ruidos contra la discoteca. Por esta razón, acusó al gobierno de "falta de voluntad política, falta de respeto a los ciudadanos y de incapacidad para solucionar los problemas".

Además, Fernández señaló que el ayuntamiento ha ordenado el cierre de la discoteca de manera subsidiaria y tras denunciarla Aedar a en la Consejería de Sanidad, que fue la que inició el expediente sancionador.

LA PRUEBA A raíz de este expediente, agentes del Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil realizaron unas mediciones acústicas en los pisos colindantes a este espacio de ocio, que dieron como resultado que la música que sonaba sobrepasa con mucho los decibelios permitidos.

Por su parte, el alcalde Pedro Acedo respondió que el ayuntamiento se ha visto "obligado por ley" al cierre de la sala después de que diferentes informes técnicos municipales y de la Guardia Civil determinasen que dicha instalación debía corregir "irregularidades" en materia de seguridad y de ruidos sin que el propietario lo hubiese hecho, "pese a que el consistorio le dio todos los plazos posibles".

También señaló que el propietario de la discoteca, amigo personal suyo, le reconoció que no podía hacer frente a las correcciones solicitadas.

En este sentido, Fernández aseguró que la discoteca no volverá a abrir "porque se tiene que adaptar a las nuevas normativas y eso es imposible".