Las lluvias caídas durante el último mes han servido para recuperar algo el volumen de agua embalsada en las presas de Alange, Proserpina y Cornalvo, aunque siguen muy por debajo de su capacidad. Los últimos datos de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), correspondientes al 10 de abril, señalan que el embalse de Alange, del que se abastece Mérida, ha perdido en el último año casi 100 hectómetros cúbicos y se sitúa en la actualidad en 527 (el 61,9% de su capacidad) frente a los 619 que tenía hace justo doce meses.

Esta presa puede embalsar 851 hectómetros cúbicos de agua, y al día de hoy aglutina 325 menos de esa cantidad. Sin embargo, las autoridades de la confederación han asegurado en reiteradas ocasiones que no hay ningún peligro de desabastecimiento para la ciudad pese a la pertinaz sequía.

La situación tampoco es demasiado buena en las presas de Proserpina y Cornalvo, si bien su capacidad es mucho menor. Así, actualmente la del lago se encuentra al 72%, con un volumen de agua de 3,6 hectómetros cúbicos, frente a los 4,2 de hace un año, cuando se encontraba al 83% de su capacidad máxima, que es de 5 hectómetros cúbicos.

Respecto a la de Cornalvo, ha pasado de 2 a 1,3 hectómetros cúbicos en este periodo, y al día de hoy se encuentra al 40% de su capacidad (el 64% hace un año).

Con todo, la situación es más grave en los otros dos grandes embalses de la provincia, el de Cíjara, al 48% de su capacidad, y el de La Serena, al 55%.