La lluvia caída en Mérida durante el pasado fin de semana, sin ser mucha, ha conseguido inundar varias salas de la ciudad deportiva, abierta al público recientemente, entre ellas donde se practica la bicicleta estática, cuyas clases fueron suspendidas.

Aunque el agua que ha entrado no ha sido mucha, y se podía recoger con una fregona, sí ha dañado el suelo. Según los técnicos, el problema no se debe a que haya goteras, sino a un defecto oculto de construcción, ya que el nivel de estas salas está por debajo del del suelo, lo que provoca que entre el agua.

El equipo de gobierno ya ha tomado cartas en el asunto y va a exigir a la empresa constructora que subsane estas deficiencias.