--¿Cuándo empieza a interesarse por el mundo del arte?

--Comencé a pintar a los 12 años porque siempre estaba en los bares pintando en los manteles y creo que mi madre, para motivarme, me apuntó a clases de pintura con la extremeña Elena Dávila. Empezamos a pintar con carboncillo, haciendo bodegones y bocetos. Me quedaba asombrada porque no tenía ni idea de pintar y hacía cosas que jamás pensé que me saldrían. Ahí fue cuando empezó a llamarme el tema hasta que entré a estudiar el bachillerato artístico en la escuela de arte de Mérida, ya luego he vuelto a dar clases con Dávila.

--¿Tiene algún referente?

--Me gusta todo lo que encuentro porque todavía no tengo una marca que me caracterice. Por eso me encantan todos los artistas, lo que sea arte en general, y no tengo ninguno predilecto.

--¿Qué es el arte?

--Es mi forma de expresarme y poder soltar lo que siento sin impedimentos ni tabú. También me gusta mostrarlo para que la gente me dé su opinión, porque así ves lo que provocas en ella.

--¿Cómo definiría su obra?

--Mi arte es un desorden total y depende de lo que me surja en cada momento. El tema de los colores en mis cuadros es como mi propio desorden, cuando intento ponerle color a un cuadro al final termina siendo oscuro. A veces me da por la naturaleza y la búsqueda de texturas, entonces utilizo lo que el lienzo me permita, como hojas del parque, arena, papel de periódico, de cocina o café. Somos el lienzo y yo.

--Esta es su novena muestra, ¿qué encontramos en ella?

--Se puede ver una recopilación de toda mi trayectoria en la pintura, que es pequeña aún, pero se puede indagar en ello. Además de los cuadros, esta vez he querido exponer textos, porque busco la forma de expresarme y sacar lo que me surge en cada momento, de ahí que no tengan ningún hilo conductor. En esta exposición también he puesto las llantas de la bicicleta, porque es mi medio de transporte y me gusta encontrarle utilidad a todo.

--¿Qué esconden los textos?

--En ellos me dirijo a lo que me hace sentir la rutina, las obligaciones... A veces no te da tiempo a investigarte a ti misma. El día de la inauguración leí un texto, titulado Asfixia, que habla un poco sobre la rutina, el tener siempre unos planes organizados y la obligación de sociabilizarte. Parece que la soledad no se entiende y a veces es necesaria. En el texto también aproveché para hacer mención a mi madre, la que siempre se ha preocupado por mí y por hacerme entender el mundo.

--¿Qué proyectos se plantea?

--Con la crisis es difícil que puedas vivir de tu pintura, pero yo pinto para expresar lo que siento. Me propongo preprararme una buena exposición y me gustaría hacerlo fuera de Mérida, como en Cáceres y Badajoz. La idea es llevar mis exposiciones a otros sitios para ver lo que provoco y probarme un poco. Me hace especial ilusión exponer en una galería, aunque tienes que tener un nombre, pero poquito a poco y pintando mucho puede ser posible.