Llovizna. Llueve. Y tormenta. Cuando habla Juan carlos Rodríguez Ibarra el cielo tiembla. Y la diana no es Extremadura, es el propio presidente con las declaraciones de unos y otros.

Hace unos años, en Tele 5 dijeron de Juan Ignacio Barrero Valverde, que cada vez que asistía a un entierro de algún guardia civil asesinado por ETA gritaba: "¡ejército al poder!". Nadie lo defendió. Yo sí. Llamé a la televisión, al programa de Pepe Navarro. Juan Ignacio lo sabe. Era falso. Jamás Barrero asistió a un entierro en este sentido, ni gritó tal cosa. ¿Dónde estaban los del PP? Era presidente del Senado. Es incapaz, aunque Ibarra insinúe algo parecido también se equivoca, no es de ese estilo y él lo sabe, le conoce bien. Yo si estuve en esos entierros y sé quien gritaba y pedía la dimisión de Alberto Oliart

¿O es que más de uno de los que están gritando no cobran una dieta y kilometraje viniendo en el mismo coche con otros compañeros para asistir a sesiones de distintas instituciones? Vamos, que sólo es cuestión de cantidad ¿no?. Pués tan chorizo son unos como los otros. Una persona de mi total confianza, del PP de toda la vida, me decía: el mejor ministro del Interior ha sido José Barrionuevo. Y estuvo en la cárcel. La hipocresía es manifiesta en más de un político que lucha, guerrea por un puesto, no por defender sus ideales, sino un buen sueldo, con dietas, comisiones y kilometraje. Y ahora vienen los sindicalistas más importantes a manifestarse contra Blanes. ¿No tienen otra cosa más importante que hacer?