No hace mucho tiempo, cuando un ciudadano o turista llegaba al inicio de la avenida Juan Carlos I veía un bulevar con tiendas, restaurantes, joyerías y todo tipo de establecimientos a izquierda y de derecha. Pero la barriada de La Antigua ya es otra y quedan pocos comercios supervivientes, sobre todo tras las últimas semanas, cuando han echado el cierre tiendas de ropa, sucursales bancarias, papelerías e incluso bares.

El barrio no pasa por su mejor momento y los vecinos lo atribuyen a varias causas: la competencia de las grandes superficies asiáticas, el deterioro de las calles, una población cada vez más envejecida e incluso la vuelta de los funcionarios de la Junta al centro.

«El cierre de negocios en el barrio creo que es por la crisis que hay y por las competencias desleales. Cada vez estamos menos en el barrio y vamos a tener que acabar yéndonos muchos más», asegura Mayte Hernández, dueña de la mercería Mayte, que lleva más de 32 años en el barrio. Por su parte, Félix Mora, dueño del bazar Ceuta y uno de los pioneros en abrir un negocio de este tipo hace 38 años, afirma que «a los locales de La Antigua se los están cargando los asiáticos». «Yo tengo y mantengo el negocio porque es mío el local, si no tampoco podía aguantar», dice. Teme que cuando pasen unos años los comercios nacionales cierren «y nada más queden los asiáticos».

Verónica Collado, trabajadora de la Perfumería Ditoni, asegura que el mal momento del barrio se debe a que hay muchos supermercados en una ciudad como Mérida, que es pequeña, y además también confirma que les afectan los negocios extranjeros.

Y la situación no es más alentadorea para el sector de la hostelería. Mari Luz Jiménez, dueña del bar La Encina, afirma que lleva 30 años en la Avenida Juan Carlos I y que nunca la ha visto como está ahora. «Es uno de los peores momentos del barrio», dice. Otro de los restaurantes ubicado en la plazoleta del barrio, 20 d’tapas, también muestra su descontento: «Si pudiera, cerraría mi negocio. Jamás he visto esta plaza con las terrazas vacías por la noche hasta este año», asegura Verónica Parras, su dueña.

Barriada «en el olvido»

Por otro lado, los comerciantes coinciden en el cierto abandono en el que actualmente se encuentra el barrio. «Cada vez se potencia más el centro y dejan a los barrios. La prueba está en que todo se lo llevan al centro y para las barriadas no hacen nada, además los barrios están muy sucios, donde limpian es en el centro», afirma Félix Mora. Por su parte, Mayte Hernández también lo tiene claro: «La Antigua está sucia y deteriorada. Aquí pocos días se ve un barrendero limpiando las calles. El centro está muy fomentado pero aquí no arreglan ni las aceras ni los adoquines ni nada. Los impuestos que pagamos nosotros son los mismos que los que pagan los del centro». Verónica Parras afirma también que «las instituciones públicas lo único que hacen es promocionar el centro». La Antigua ha sido uno de los barrios con más vida de todo Mérida y se lo están cargando», lamenta.

Además del abandono de las calles y la influencia de los grandes almacenes, los comerciantes también achacan esta crisis al envejecimiento de la población. «La barriada se ha quedado muy obsoleta, los vecinos son mayores y no consumen como una familia que tiene niños», dice Verónica.

Cada vez menos negocios, otros que están a punto de cerrar y calles, según los comerciantes, en un estado bastante mejorable. Esta es la situación y la depresión actual de uno de los barrios que más vida daba a la capital extremeña, no hace mucho tiempo.