El juicio por el tiroteo mortal entre dos clanes familiares ocurrido en agosto de 2011 en Mérida, cuyo inicio estaba previsto para hoy en medio de un importante despliegue policial, ha sido aplazado en principio hasta mañana por la ausencia de uno de los principales encausados, que está ingresado en un hospital de Barcelona.

Así lo han explicado a los medios los abogados de ambas partes, Marcos García Montes y José Duarte, que han indicado que se ha pedido la correspondiente certificación médica y en función de su aportación o no se decidirá mañana si el juicio continua, se suspende hasta nueva fecha o se tomo otra decisión.

En el juicio serán juzgados once miembros de una familia y un miembro de un segundo clan, al que pertenecían los dos fallecidos, que precisamente es el que no se ha presentado hoy y que está acusado de herir a un viandante ajeno al enfrentamiento y de varios delitos de tentativa de homicidio.

Los hechos ocurrieron el 3 de agosto de 2011 en la barriada de "El Peri" Los hechos ocurrieron el 3 de agosto de 2011 en la barriada de "El Peri"de la capital extremeña y la raíz está en las desavenencias surgidas entre estas dos familias tras la separación de un matrimonio integrado por miembros de ambas.

Según el escrito de la Fiscalía, en la noche anterior al tiroteo se produjo un primer enfrentamiento en el barrio, en el que un integrante no identificado de la familia con más personas ahora acusadas efectuó un disparo, y al parecer, ambas familias quedaron en verse al día siguiente.

Ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos, varios miembros de la otra familia residentes en Cataluña se desplazaron a Mérida para unirse al resto de los suyos portando "numerosas armas de fuego para ser utilizadas en un posible enfrentamiento".

Esta circunstancia fue conocida por la familia rival, que optó por lo mismo, es decir, hacerse con multitud de armas de fuego para ser utilizadas "en un posible enfrentamiento recíproco".

El 3 de agosto de 2011, sobre las 12 de la mañana, miembros de la familia con vínculos en Cataluña fueron a casa del patriarca de la otra familia, quien al ver que llegaba este grupo disparó mortalmente sobre una mujer, de 70 años.

Ese disparo fue el desencadenante de un tiroteo con armas de fuego, tanto largas como cortas, entre miembros de las dos familias y la operación policial se saldó con siete detenidos en Mérida, otros cuatro en Sevilla y otro en Madrid.

Como consecuencia de los disparos también falleció un hombre de 38 años, nieto de la mujer que había sido abatida, y resultaron heridas dos personas, una de la otra familia y un viandante ajeno a los hechos.

La acusación pide 50 y 47 años de prisión para los autores de los disparos mortales, así como por varios delitos de homicidio en grado de tentativa y tenencia ilícita de armas, y 60 años de cárcel para el que hirió al viandante y sobre el que recaen otros delitos similares a los anteriores.

El resto de acusados se enfrentan a penas de entre 30 y 37 años de cárcel.

Marcos García Montes, abogado de la familia a la que se le atribuyen los disparos mortales, pedirá la absolución de sus defendidos al entender que "no hay pruebas ni contundentes, ni semicontundentes" para determinar quien y de que armas salieron los proyectiles que causaron las muertes.

Por su parte, José Duarte, que ejerce la defensa de la otra familia implicada aunque no la parte penal, ha recordado que su postura coincide en lo esencial con la del fiscal y cree que "habrá que esperar" a las pruebas para ver si "se nos resarce de lo que pasó aquel mes de agosto".