Con sus 15 metros de altura y sus más de 2.000 años de historia, el Arco de Trajano es uno de los monumentos más integrados en el día a día de los emeritenses y la orografía de la ciudad. Levantado en época de Tiberio como puerta de acceso a un gran conjunto dedicado al culto imperial, hoy sigue presidiendo una de las principales entradas al centro urbano y se ha convertido en seña de identidad de establecimientos comerciales, bares, restaurantes, vecinos e incluso, los alumnos del colegio que lleva su mismo nombre. En los últimos meses además, el Arco de Trajano ha recuperado protagonismo por la proliferación de locales de hostelería y copas en la zona, que han transformado el entorno del monumento en el epicentro del ocio nocturno emeritense. Sobre todo a raíz del botellón celebrado allí en la pasada Feria de Septiembre, se ha generado una gran polémica a nivel político y ciudadano sobre la conservación y el uso que debería darse a los restos arqueológicos.

El Arco de Trajano era la puerta de acceso a un gran conjunto monumental dedicado al culto imperial. Fue construido en época de Tiberio (años 14 a 34 después de Cristo) utilizando un armazón de madera curvo en el que se apoyaron los bloques de granito que actualmente se observan en la estructura, que estaría revestida con placas de mármol según indican los orificios que se aprecian en la piedra y los restos que se hallan junto a la base. El monumento, de 15 metros de altura, está situado en el Cardo Maximus --vía principal de la ciudad romana de norte a sur-- y daba acceso a un gran recinto sagrado con un templo dedicado al culto al emperador cuyos restos se localizaron en la calle Holguín en 1983. Mediante el arco se ponían además en comunicación las áreas provincial y municipal, dotada la primera de edificios dedicados al culto religioso y la administración de Lusitania en lo que hoy sería la Plaza de la Constitución.

De un tiempo a esta parte el arco ha vuelto a recuperar tal protagonismo que el debate sobre la conservación y el uso que se debe dar al monumento y su entorno está en la calle. La apertura de un restaurante en una casa anexa al mismo y la proliferación de terrazas y bares han contribuido a que se convierta en una de las zonas de ocio más concurridas de la ciudad, aunque ya colectivos como Adenex, UPyD y todos los partidos de de la oposición han mostrado sus reticencias y alertado de la degeneración que estas prácticas pueden provocar en los restos arqueológicos. "Están impidiendo la expropiación futura de los locales para liberar el Arco de Trajano y el foro provincial y recuperar una plaza pública de la antigua Emérita Augusta", ha señalado al respecto el edil de Siex, Antonio Vélez.

El Gobierno local sin embargo, apuesta por la explotación del entorno, lo que a su juicio no daña el monumento y ayuda a acercar el patrimonio los ciudadanos. Con vistas a futuras intervenciones, Urbanismo incluso trabaja en un plan urbanístico especial para las fachadas de la zona.