La forma en la que el ayuntamiento pretende fomentar el uso de la bicicleta como medio de transporte no ha sido bien acogida por los colectivos vecinales de la ciudad. La Federación de Asociaciones de Vecinos Augusta Emerita considera que la puesta en marcha a lo largo de este verano de un sistema público de alquiler de bicicletas es contraproducente, e incluso una "temeridad", en una ciudad que carece de una red de carril bici y que, por tanto, no es un lugar seguro para desplazarse en este medio de transporte.

A falta de que esta semana se conozcan más detalles del Plan de Movilidad Urbana, desde esta federación vecinal están convencidos de que el hecho de que vehículos a motor y bicicletas compartan calzada provocará un aumento de los atropellos.

Lo cierto es que el Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de la ciudad, que marca el itinerario del crecimiento urbano de Mérida, incluye la proliferación del carril bici. El ayuntamiento tiene diseñados varios itinerarios para interconectar la ciudad. Sin embargo, el parón en la construcción está retrasando muchas de las obras previstas, con lo que actualmente hay pequeños tramos de carril bici inconexos. "Los carriles existentes van de ningún sitio a ninguna parte", afirma Pablo Simón, presidente de la federación que aglutina al colectivo vecinal.

En su opinión, no se debe "empezar la casa por el tejado", por lo que antes de implantar el sistema de alquiler de bicicletas, que prevé la distribución de 50 unidades y la colocación de tres paradas -cuya ubicación definitiva aún no se conoce-, se debe crear "una red de itinerarios que permitan a sus usuarios acceder de una manera cómoda y segura a las diferentes partes de la ciudad", afirma Simón.