La barriada emeritense de San Antonio contará desde esta semana con un nuevo espacio al aire libre para la observación de la naturaleza y el río. Se trata del Aula de la Naturaleza, un punto neurálgico a través del cual todos los escolares de Mérida podrán conocer el valor ornitológico de la zona. Consta de un ágora o espacio dedicado a la educación y el teatro, con un escenario cuadrado de 6x6 metros, un palmeral que proporcionará zona de sombra y gradas en forma de 'U' con capacidad para 200 niños (o 150 adultos). Junto a esta zona de representación se han instalado tres puntos de avistamiento de aves con asientos desde los que poder hacer fotografías y se han recolocado elementos biosaludables que estaban dispersos en el parque. La remodelación ha implicado también una reordenación de los espacios naturales, ya que ha llevado consigo la plantación de árboles y de un palmeral, regenerando así la margen del río. "Creemos que aunque es un aula de la naturaleza, la transversalidad para el barrio es mucha. Se le ha dado protagonismo a una explanada que tenía un valor natural y se han aglutinado los puntos para que tengan muchos usos. Hay un recorrido donde se puede hacer un ejercicio físico: unos son estaciones biosaludables para mayores y otros de contenido abierto para usuarios que de forma libre quieran ejecutar deporte con auto carga, de forma que el punto del aula sea el ombligo que le de valor al relato de lo que se puede hacer por la margen del río". Así lo ha explicado a este medio Fernando Molina, portavoz en funciones del equipo de gobierno de Mérida.

Las obras del Aula de la Naturaleza, que comenzaron hace tres semanas, finalizarán previsiblemente mañana, por lo que el miércoles podría abrirse al público. La inversión total ha sido de 54.239,59 euros, cantidad de la cual el 20 por ciento lo ha aportado el ayuntamiento emeritense y el 80 por ciento procede de fondos europeos.

Unido a esta aula desde el consistorio se estudia ya la construcción de un Centro de Interpretación del Río "más ambicioso" en la margen del Puente Romano. "Creo que le hemos dado poca importancia a toda la riqueza ecológica y paisajística que tiene el río. Si nuestro patrimonio no le hubiera ensordecido, le hubiéramos sacado mucho más partido", adelanta Molina. La financiación de este centro, del que aún se desconocen detalles, podría proceder de los fondos del Plan Urban o JovenOcio.