Ya queda poco tiempo para que el campamento urbano de Bellavista termine. Han sido 15 días que muchos de los chicos no olvidarán, porque este campamento no es sólo reunirse un par de semanas al año, sino una convivencia donde se comparten y se enseñan valores.

Es el quinto año que se pone en marcha esta actividad y entre los 30 monitores y los cerca de 220 niños se ha tratado el tema de la aventura . Ellos han ido dispuestos a descubrir cosas nuevas, ya que desde que se inició este proyecto todo ha estado en continuo cambio.

Todo empezó con el realojamiento de familias procedentes de barrios marginales, en el Polígono. La idea surgió de un grupo de chavales que hartos de soportar ciertas conductas no muy productivas de algunos de estos recién llegados decidieron, con la ayuda de la asociación Ibechi, crear un lugar donde enseñar valores y diferentes formas de convivencia.

Los comienzos son duros. La tarea principal, en esa primera experiencia era la integración de los niños en el barrio

Como dije antes, los objetivos van variando y según Pedro, uno de los coordinadores "la fase de integración está superada y lo que se busca es hacer saber a los chavales que hay un ocio saludable", por su parte Paco, otro coordinador añade que "se busca un aprendizaje dinámico, interactivo y enfocado desde distintos puntos de vista".

Además de las actividades que en el campamento, también se hacen salidas. Este año el viaje ha sido a Isla Mágica.

La noche del 15 de Julio se dará por terminado el campamento. Todos esperarán a que lo que queda de verano y el próximo invierno pasen pronto para poder reunirse de nuevo en el ya cuarto campamento urbano de Bellavista.