La nómina de diciembre, la ordinaria y la extraordinaria, ha desvelado que el ayuntamiento ha pagado 3,5 millones de euros por ese concepto a sus 1.100 trabajadores, cifra que para el alcalde de Mérida, Angel Calle, es un "auténticos disparate", tal y como informó este periódico el pasado lunes. Esas palabras han provocado las críticas de la oposición municipal y también del sindicato CSI-F. Sin embargo, el dato supone que Mérida duplica en porcentaje de funcionarios locales a las ciudades de Cáceres y Badajoz si se tiene en cuenta la población activa de cada una de ellas. Así, del total de la población en edad de trabajar, la capital extremeña tiene un 3% de trabajadores dependientes del ayuntamiento; mientras que ese índice cae al 1,4% en los casos de Badajoz y Cáceres, que cuentan con unos 1.400 y 900 empleados (entre funcionarios y laborales), respectivamente.

Ese gasto en diciembre y, sobre todo, la argumentación del alcalde de subir algún impuesto para afrontar estas cuestiones y mantener los servicios, han servido al PP para criticar la gestión del gobierno local. En este sentido, el portavoz municipal del PP, Fernando Molina, señaló ayer que Calle utiliza la "excusa" de la paga extraordinaria de diciembre a los trabajadores del consistorio para "decir que no encuentra otra fórmula que subir los impuestos". A su juicio, es "imposible no tener la previsión" del alcance que puede tener la nómina de diciembre, y "demuestra" que el equipo de gobierno socialista "no está preparado" para asumir la responsabilidad de la gestión municipal, reiteró.

Por otro lado, CSI-F considera un "despropósito" lo manifestado por el alcalde emeritense sobre el número de empleados públicos. "No sobra ningún trabajador, lo que sobran son los numerosos altos cargos, asesores nombrados a dedo, con sueldos medios que triplican los de cualquier funcionario", denunció ayer este sindicato, que apuesta por un empleo público de calidad y por el diálogo social.