El Festival de Teatro Clásico de Mérida será "algo prioritario" en las inversiones del ayuntamiento. Así se lo manifestó ayer a este diario el alcalde de Mérida, Angel Calle, tras reconocer que el evento "ha dejado de ser el referente cultural del verano en España", como hizo en su discurso del Día de Extremadura. El primer edil cree que desde el consistorio "se debe hacer una apuesta decidida para que la cita vuelva a ser lo que fue: un certamen con fuste, de categoría, con obras de gran calidad". Así, Calle consideró que el compromiso local "debe ser mayor, al igual que el de otras instituciones y el de los patrocinadores privados".

El alcalde reconoció además que la aportación municipal de este año, que asciende a 110.000 euros, no se ha podido pagar aún, y apostó por buscar más patrocinadores privados. En este sentido, recordó que en la edición del 2009, consiguió que Rumasa aportara 100.000 euros. "Hay que seguir trabajando en esa línea", señaló, "en un ejercicio de reflexión y autocrítica".

CESE DEL DIRECTOR Por su parte, el PP de Extremadura pidió ayer la dimisión del actual director del festival, Francisco Suárez, por considerar que la última edición "ha sido la peor de la historia del festival". El portavoz de Cultura del PP, Alberto Casero, manifestó además que el evento "necesita un cambio de rumbo", para lo que a su juicio, es necesario que la Consejería de Cultura y Turismo de la Junta de Extremadura "marque unas líneas de actuación que no se puedan traspasar".

Una opinión que no comparte Calle, que consideró que "el festival necesita otros retoques más importantes que el cambio del director". Sin embargo, el primer edil sí coincidió con el PP al opinar que "debe definirse su línea, que debe estar basada sobre todo en la esencia grecolatina". A juicio de Calle, Suárez "está teniendo que arar con los bueyes de la crisis", por lo que cree que "poco más se puede pedir al director y a la gerencia".