El Ayuntamiento de Mérida y el Ministerio de Vivienda están ultimando los trámites administrativos y analizando la propuesta del convenio del ministerio antes de sacar a licitación las obras. "Ahora estamos en el proceso de la propuesta del convenio, se trata de una negociación entre las administraciones sabiendo que todas tenemos que poner dinero", señaló el concejal de Cultura, Julio César Fuster. Una vez que se firme ese convenio, el Gobierno sacará a concurso las obras, un trámite que se hará en todo caso antes de que termine el año, para que los trabajos también se inicien a lo largo del 2009. Lo cierto es que, en cualquier caso, la reforma tiene que estar terminada en el año 2011, fecha fijada para su reapertura.

Ahora sus puertas permanecen cerradas una vez que han finalizado las catas arqueológicas y su puerta vuelve a estar llena de restos de basura. El 27 de octubre pasado el alcalde de Mérida, Angel Calle, abrió el candado que estaba cerrado desde el año 2000 --con la celebración de un concurso de Carnaval-- y ese mismo día se retiraron las viejas butacas y comenzaron esas catas arqueológicas por parque del Consorcio de la Ciudad Monumental.

Fuster espera que esta firma del convenio no se retrase demasiado y se pueda empezar a reformar una de las señas de identidad de la ciudad, como describió Calle a emblemático edificio, y para cuyas obras el Ministerio de Vivienda ha destinado algo más de 2 millones de euros, el ayuntamiento 800.000 euros y la Junta 500.000.

Pero, qué se van a encontrar en el año 2011 los emeritenses. Un espacio absolutamente remodelado, con una especie de teatro de la ópera pequeño, con unas 600 o 700 butacas, y con un estilo completamente distinto. El proyecto contempla la consolidación total del edificio, en notable estado de deterioro, la creación de nuevos espacios y la ampliación del escenario en dos metros, además de la construcción de camerinos.

Además de reformar el teatro cine, está prevista la integración en el edificio de la torre Albarrana, situada en la calle Arzobispo Mausona, que de esta manera se podrá visitar. La torre Albarrana aún conserva un tramo de la muralla y restos de una puerta doble o geminada, que fueron considerados romanos por el arqueólogo Juan Ramón Mélida, aunque se reaprovecharon en la época visigoda.

TRAVESIA EN EL DESIERTO Hasta llegar aquí han pasado años de retrasos, la mayoría de las veces por cuestiones relacionadas con el presupuesto para acometer el proyecto, no sin polémicas políticas. Hace casi tres años, el exalcalde de Mérida Pedro Acedo anunció que el ayuntamiento se encargaría en solitario de la reforma del edificio tras no llegar a acuerdos con el ministerio y aseguró que las obras comenzarían ese mismo verano. El caso es que no fue así y la llegada del PSOE al gobierno local en el 2007 tampoco ha acelerado los trámites. Ahora, reiteran, todo estará listo en el 2011.