Mérida

Los bares y tascas de Mérida a finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX los hemos localizado a través de la prensa.

En la última década del XIX leemos varias noticias de sucesos ocurridos en algunos bares. Así conocemos que los lugares de copas más conflictivos, ya se daban en la zona de Morería, lugar donde estaban ubicadas las casas de prostitución y en el entorno proliferaban los bares y lugares de alterne.

El más anunciado era el bar de El Padre Mollete, abierto en 1895, en la esquina de la calle El Puente con Castelar. En la misma calle, en 1916, el bar La Gloria, servían cinco hermosas y elegantes señoritas madrileñas.

En la plaza de Santa María, abrió en 1920 la cervecería Nacional, de Enrique García. En la calle San Francisco, Teófilo Domínguez tenía el conocido bar El Industrial, junto al comercio La verdad, regentado por Tomás Lancho.

BELLAS Y HERMOSAS

El anuncio de que servían bellas y hermosas señoritas debió ser rentable y abrieron en 1922 la cervecería Emeritense, frente al manicomio del Carmen; La alegría, en la calle Alvarado, y El Mercantil, en la plaza de Santa María, donde antes estuvo La Gloria.

La cervecería Moderna, en la Rambla de Santa Eulalia anunciaba, como el bar El Sótano, en la travesía de Santa Eulalia, vinos, cervezas frías y toda clase de aperitivos.

En lo alto de la Puerta de la Villa en esta década de los veinte abrió José Gamero un bar y lo inauguró con motivos de las fiestas. El ferial que se ubicaba en la Rambla, tuvo un gran éxito, se servían gaseosas, vinos y cerveza a la nieve.

El bar más lejanos era el de Cabo Verde, junto al paso a nivel. En la calle Pérez Hernández, la que fue callejilla de Los Gitanos, José Antonio y ahora Cervantes, estaba Los Gabrieles, de Honorato Arnabat, con servicio a la carta.

En la calle Cipriano Piñero, hoy Félix Valverde las copas se tomaban en Casa Pepe, frente al Círculo de Artesanos; Casa Dionisio en esta misma calle, a su dueño le llamaban El Pincelero .

El bar El racimo de uvas, en la travesía de Alfonso IX, era muy popular. En la Rambla de Santa Eulalia, cervecería La Peña, que se inauguró en septiembre de 1923. Un año después abrió Juan Aza en la calle Manos Alba el bar Las once y media. En el Rastro, El gato negro, de Vicente Hernández; y la cervecería La antigua, en la calle El Puente.

En la Plaza de la Constitución, hoy Plaza de España, abrieron sus puertas Emérita y El Mercantil.

FAMILIA BARROSO

Uno de los bares que más años estuvo abierto fue el bar Daniel, en la calle Manos Alba de la familia de Blas Barroso. Daniel su hijo, era quien lo regentaba desde 1927. Junto a este bar estaba la fonda Barroso y más tarde tomó el nombre de hotel Negresco. Este bar y restaurante, con Daniel Barroso a la cabeza, se trasladó a la calle Santa Eulalia, hoy es bar y restaurante Rafael, regentado por su actual dueño, Rafael Sánchez, desde 1988.

Hasta 1930 estaban los bares Casa Cañero, de Francisco García Porras, en el paseo de Santa Lucía; gaseosas higiénicas La Camerana, de la familia García de Vinuesa, en la plaza de el Rastro; en la calle Manos Alba, Antonio Bravo Andújar abrió el El Pasaje, vendía cerveza Cruzcampo.

Todos han desaparecido. Hacemos esta recopilación para no perderlos. Conoceremos los bares de la República, la Guerra Civil, la posguerra y los cincuenta últimos años. Con sus dueños y camareros.