El presidente de la Asamblea de Extremadura, Federico Suárez, se casa con la consejera de Bienestar Social, Leonor Flores.

En La Zarza, donde tengo mis genes familiares, decíamos, cuando alguien era bajito: chiquinino pero apañaíno . Federico es de los que con su silencio, su mirada y su inteligencia sabe donde hay que comprar y vender la tierra blanca.

Hace unos años, con su buen amigo Paco Castañares, fuimos a Proserpina a podar una encina, la única que tengo. Castañares era Director General de Medio Ambiente. La encina está impresionante, es la poda más cara de mi vida, allí observaban la poda más de un amigo. Federico, hay que recuperar a Castañares, aunque sólo sea para podarme la encina.

Los casa Santos Jorna, alcalde de Arroyo de la Luz, donde se pescan las mejores tencas en la charca Grande y en la charca de Petit, del inolvidable José María Silos. Una buen pescado para un menú eminentemente extremeño.

Se casa en el castillo de Las Argüijuelas, donde la izquierda y la derecha cumplen con su invitados. Los mediopensionistas suelen dejarlo para la otra vida.

Una boda de tronío. Leonor es una mujer guapa, alta, le saca la cabeza a Federico, pero ya se las arreglará, lo hemos dicho: chiquinino pero apañaíno .

Es un tipo estupendo y en Mérida, aunque no sale mucho se le aprecia y cada vez que ha hecho falta algo ha colaborado y puesto todo su saber e influencia para que no le falte nada a la capital.

Enhorabuena y que sea para bien y muchos años.