Dice la leyenda que la niebla cubrió las lesiones y las vergüenzas de la niña Eulalia después de ser martirizada por defender su fe cristiana en el año 304. Por eso las nieblas propias que cubren Mérida durante los primeros días de diciembre se conocen como las nieblas de la Mártir. Ayer no hubo niebla en Mérida. De hecho las condiciones climáticas eran más propias de la primavera que del mes de diciembre. Esto ayudó a que miles de emeritenses salieran a la calle a celebrar la festividad de su patrona y alcaldesa perpetua, santa Eulalia, y más aún tras una semana de temporal que hacía presagiar unas celebraciones pasadas por agua o, cuanto menos, con la bufanda alrededor del cuello.

La temperatura rondaba ya los 20 grados en la capital extremeña a las once y cuarto de la mañana, hora prevista para la salida de la Mártir de la Concatedral de Santa María. Allí, en la plaza de España, cientos de emeritenses y devotos procedentes de otros puntos de Extremadura y del resto del país acompañaron a la imagen de la santa en sus primeros pasos en su peregrinar de cada 10 de diciembre hasta su basílica.

La música de la banda de tambores y cornetas La Pasión y de la Banda Municipal iba anunciado la llegada de la patrona de Mérida a los vecinos apostados en los laterales de la calle Santa Eulalia, la Puerta de la Villa y la Rambla de la Mártir Santa Eulalia, en el recorrido tradicional que se realiza cada año con motivo de esta festividad. Un grupo de artillería procedente de Badajoz puso el tinte militar a una procesión que destaca por la presencia de buena parte de las instituciones de la administración, encabezadas por la corporación municipal, que realizó el recorrido ampliamente representada.

La asociación folclórica y cultural de La Antigua desfiló como es habitual con sus miembros ataviados con los trajes regionales y portando los tradicionales ramos para la ofrenda floral a la santa.

Al final del recorrido, a la entrada a la basílica, se concentró una gran cantidad de fieles, lo que hacía complicado acceder a su interior, donde se celebró una misa presidida por la arzobispo de Mérida-Badajoz, Santiago García Aracil.

Muy cerca del Hornito, donde los fieles fueron depositando sus ramos, un hombre de avanzada edad sufrió una indisposición y tuvo que ser trasladado en ambulancia hasta el hospital.

El día festivo en la capital extremeña se desarrolló con un buen ambiente en sus calles a pesar de que los comercios permanecían cerrados. Tras tantos días de fiestas Mérida ya se prepara para volver a la rutina que pronto se verá nuevamente alterada por las celebraciones navideñas.