Uno de los principales proyectos de sostenibilidad medioambiental y fluidez en el tráfico puestos en marcha en la ciudad, el servicio público de alquiler de bicicletas, no ha conseguido los resultados de utilización que se esperaban. Los últimos datos conocidos hablan de 300 altas en el servicio de BiciMérida, y una media de 75 servicios al día, aunque eso sí, los meses que lleva en funcionamiento --se inauguró a finales de octubre-- no son los mejores para circular en bicicleta.

Por este motivo, y a pesar de que el reglamento de organización y funcionamiento del servicio ha entrado en vigor esta misma semana, la Delegación de Tráfico va a prorrogar hasta junio el tiempo de prueba del mismo, por lo que éste continuará prestándose de forma gratuita para los usuarios.

Este periodo servirá para analizar la demanda que suscita esta opción de transporte público entre los ciudadanos durante unos meses más propicios para su utilización, y además se seguirá buscando la fórmula de gestión más adecuada. El concejal del ramo, José Fernández, apunta que son varias las opciones, entre las que se plantea mantener la gratuidad del servicio para los usuarios. En caso contrario, habría que aprobar una ordenanza fiscal en la que se establezcan los precios de utilización. Tampoco se ha decidido si lo gestionará el propio ayuntamiento o si lo hará una empresa mediante una concesión.

Incluso se considera una fórmula por la que una empresa dedicada a la publicidad utilice las bicicletas y las bases como soporte para sus anuncios, lo que supondría un ahorro considerable de costes para el consistorio, y también para los usuarios. Fernández sostiene que en todo caso serán precios muy reducidos.

Actualmente están funcionamiento tres bases --en el Paseo de Roma, junto a la biblioteca Jesús Delgado Valhondo, y en el Museo Abierto-- y 50 bicicletas. De cara a una futura ampliación del servicio, Fernández reconoce que las arcas municipales no pasan por el mejor momento para inversiones que no sean prioritarias --el proyecto se puso en marcha gracias a una subvención del Instituto de Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE)--, aunque subraya que es objetivo del actual equipo de gobierno local incrementar la oferta. De este modo, dijo que lo apropiado sería que hubiera una base en cada uno de los distritos municipales, y en algunos de ellos dos, como ya ocurre en el centro. Otros como Nueva Ciudad también contarían con más de una.