Cómo es posible que una persona conviva entre ocho y diez días con el cadáver de un hombre al que presuntamente ha asesinado? La delegada del Gobierno en Extremadura, Carmen Pereira, --como portavoz de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado en la región-- no tiene aún respuesta para esta pregunta, pero según las primeras investigaciones ese es el periodo de tiempo aproximado que R.G.P., de 61 años, llevaba muerto cuando fue descubierto, el pasado viernes, por agentes de la Policía Nacional en el número 7 de la calle Pablo Casals, en el barrio de San Antonio, como informó ayer este diario.

Ese mismo día fue detenido el hombre que compartía el alquiler con el fallecido, R.G.M., de 39 años, que confesó ser el culpable del asesinato, según se informó entonces y reiteró ayer Pereira. Este permanece detenido a la espera de pasar a disposición judicial, lo que ocurrirá "en breve", según fuentes de la delegación.

En cuanto a la relación entre el fallecido y su presunto asesino, Pereira señaló que de momento solo se sabe que compartían vivienda. Además, aseguró que no hay explicación sobre cómo es posible que el detenido conviviera con el cadáver durante varios días. En este sentido, indicó que posiblemente "no se atrevía", señalando como hipótesis que "ocasionó --la muerte-- quizá de manera no accidental, pero sí que surgió tras un posible discusión y después no sabía como salir del embrollo" y advirtiendo que "permanecer tantos días con un cadáver no creo que pueda ser fácil, pero la mente humana es compleja".

La policía acudió a la vivienda donde fue localizado el cadáver alertada por los vecinos, que se quejaron del mal olor. Una vez allí, fueron recibidos por el presunto asesino, que tras negar inicialmente la autoría, confesó ser el autor del crimen.