Antigua carretera nacional V de Mérida. Kilómetro 334. Un desvío hacia una gasolinera. Una cafetería, al fondo. Cristalera enorme. No es muy conocida, ya que se encuentra a las afueras de Mérida. Un camarero se acerca. «¿Café?», pregunta. Podía ser un camarero cualquiera, pero no. Lucio Fernández Moreno, un calamonteño de 44 años, tiene una historia peculiar. Ha hecho esa pregunta a más de una decena de rostros muy conocidos de la sociedad española.

«El radar de famosos lo tengo siempre activado, se me escapan algunos, pero siempre estoy al acecho», admite entre risas este camarero de famosos. La cafetería emeritense Harley Davidson es amplia, luminosa, tranquila y con un toque motero.

Alejandro Amenábar, José Mourinho, Manuel Carrasco, Paco Candela, Sergi Arola, Pablo Alfaro, David De María o Secun de la Rosa, entre otros ilustres, han parado en el local. «No creo que el café tenga algo especial, creo que es por la situación geográfica de la cafetería. Sobre todo vienen en la época estival», explica Lucio. Estos personajes, que suelen ocupar las portadas del papel couché o aparecer con frecuencia en televisión, toman café o degustan el menú diario de esta cafetería. El trato es igual para todos. «Intentamos dar siempre un buen servicio y tratamos a todos por igual, sea famoso o no. No voy a negar que sorprende y que entra un gusanillo en el estómago, pero al final pagan igual que todos», confirma el camarero de famosos.

Como si de un tesoro se tratase, Lucio guarda en su teléfono móvil una foto con cada personaje ilustre que ha pisado la cafetería donde trabaja desde hace ya nueve años. «A todos los famosos que han pasado por aquí les he pedido una foto o un autógrafo y, de momento, nunca se han negado a ello. Somos respetuosos y dejamos que acaben de tomarse su café o de comer, y cuando van a salir es cuando le pedimos ese favor», cuenta Lucio, mientras muestra sus retratos con Paco Candela y Jesulín de Ubrique.

Gente sencilla

Algunos de estos personajes de relevancia, repiten. «David de María es de los que más viene por aquí, también han repetido Manuel Carrasco o Pastora Soler», revela. Además, Lucio asegura que todos estos famosos que han estado en esta cafetería han sido personas «sencillas y cecanas». Salvo uno, que es la excepción que confirma la regla. «Arturo Valls entró, vio que había mucha gente y salió sin decir nada. Quizás pensó que lo iban a molestar mientras estuviese aquí, pero los clientes suelen ser muy respetuosos», recuerda.

Lucio es un apasionado del mundo cinematográfico. «La visita que más ilusión me hizo fue la de Alejandro Amenábar. Se comió dos hamburguesas y se tomó dos refrescos. Cuando acabó, le pregunté si podría hacerse una foto. Me dijo que sí, pero que en un lugar privado. Abrí una puerta donde solo accedemos los camareros y me contó el proyecto de la película Ágora», rememora Lucio. Los ojos le brillan. «Me encantaría conocer aquí a Manolo García. Ojalá algún día tenga la oportunidad de servirle un café y de hacerme una fotografía a su lado», desea este camarero de famosos.