La calle Camilo José Cela de Mérida, ubicada entre la rotonda de la Torre y el inicio de Félix Valverde Lillo, es una vía comercial emeritense muy transitada por situarse en el centro de la ciudad. Sus establecimientos comerciales se benefician de localizarse en una zona de tránsito y de la implantación de la zona de estacionamiento limitado, ya que facilita que los clientes encuentren aparcamiento, pero sin olvidar la cortapisa de que tengan que pagar por ello.

Sin embargo, el principal problema sigue siendo la situación de crisis económica que vive el país y que ocasiona que las ventas de los comercios sigan siendo muy bajas, lo que dificulta todavía más que los comerciantes puedan arrojar a final de mes un balance positivo. A ello se suma que el pequeño comercio emeritense tiene que hacer frente a la feroz competencia de las grandes superficies comerciales.

Magdalena Hernández es la propietaria de la tienda de ropa para tallas grandes Atrezzo's XXL. Asegura que "lo más beneficioso de la calle es que es muy transitada", y la Zona Azul, sostiene, "me parece bien porque la clientela puede aparcar más cerca". Y es que, aunque las ventas "están tranquilas", hay que tener confianza "de que poco a poco vaya mejorando la cosa".

La tienda de lencería Intima Moda lleva más de cinco años en esta vía, su dependienta Rocío Miranda, destaca que "el tránsito de personas es continuo". Y para José Manuel Pérez, de la carnicería-charcutería Retama, un negocio consolidado desde hace 30 años, es positivo estar en esta calle, porque "viene gente de otros puntos de la ciudad".

María Ortega y Cati Jiménez son dueñas desde 2008 de Pasarela Tejidos, en la zona próxima a la Torre. "Nos salva que esta calle tiene mucho tránsito de personas y porque da acceso a otras importantes, como Marquesa de Pinares o Almendralejo", explica Ortega. No obstante, el aspecto negativo sigue siendo la crisis económica, porque "las ventas son muy flojas y se sigue notando muchísimo", de forma que no les queda otra solución que "luchar por la permanencia".

En esta línea se posicionan Mabel y Eva González, dos hermanas propietarias desde hace dos años de Etapas, pero que se muestran un poco más optimistas. "Aunque sabemos que la crisis va para mucho tiempo tenemos la esperanza y hay que seguir aguantando", afirma Eva. "Estamos en una zona céntrica y el paso de personas es constante", señala, quien de la Zona Azul confiesa que "es un arma de doble filo, porque es más fácil encontrar aparcamiento, pero también hay que pagar".