MERIDA

Los carnavales a finales del siglo XIX se celebraban con toda solemnidad en las sociedades recreativas como el Círculo Emeritense, ubicado en la plaza de la Constitución, hoy plaza de España (es la única sociedad de esta época que aún perdura); Círculo de Artesano, de la clase obrera y que su local social estaba en la calle Cipriano Piñero, hoy Félix Valverde y La Tercia, de signo republicano, que estaba es la calle Bastimento, hoy de Los Maestros. El Exprés y Las Delicias, fundados en 1899, se fundieron en La Unión. En el teatro Ponce de León, donde se ponían pequeñas obras de teatro, sainetes y alguna zarzuela, se organizaban bailes durante el Carnaval y, de vez en cuando, algún concierto. El teatro estaba donde actualmente se ubica el museo visigodo.

EN LA CALLE

Máscaras, murguistas, estudiantinas y comparsas de sexo femenino y masculino se concentraban en la plaza de la Constitución, calle Santa Eulalia, calle Cipriano Piñero, plaza del Rastro y plaza de Santa Clara, antes plaza de los melones.

Para la población, el acto más multitudinario era el martes de carnaval y el entierro de la sardina. La comitiva fúnebre salía de la casa de Vicente Galán, Padre Mollete, en la esquina de la calle El Puente y Castelar. El recorrido era: calle El Puente, plaza del Rastro, Romero Leal, Berzocana, Santa Eulalia, plaza de la Constitución, plaza de Santa María, San Salvador y las Tenerías, donde era la despedida. El sermón del Padre Mollete se hacía desde el balcón de su casa.

La prensa de la época lo recoge con todo lujo de detalles: los semanarios El Emeritense (1890-1893), El Montero Extremeño (1893-1896), La República (1897-1905), ´El Eco Extremeño´ (1898-1900) El Noticiero (1899-1901) y en algunas crónicas de los periódicos pacense de la época.

La sociedad más concurrida era el Círculo Emeritense donde los disfraces, estudiantinas y grupos eran de lo más sofisticado. Las fiestas se prolongaban hasta bien entrada la madrugada y la fama era tal que venían de otros lugares de la provincia a pasárselo bien en Mérida. Cuentan como en febrero de 1899 asistieron a bailes de disfraces Bernardina Gil, de Zafra; Micaela Pérez Codes y Paca Alarcón, de La Garrovilla; Magdalena Agudo y Aurora Lorencé, de Valverde de Mérida; Pilar Santa Olalla, de Villanueva de la Serena y Emilia Díez, de Almendralejo. Para amenizar la velada estuvo el sexteto de Espadiña "tocando escogidos bailes".

Muy concurridos estaban también el Círculo de Artesano que estaba en la calle Cipriano Piñero, hoy Félix Valverde Lillo; La Tercia, de signo republicano en la calle Bastimento, hoy Los Maestros, y sin ningún significado político y social y más popular eran Las Delicias y Exprés.

En el Teatro Ponce de León, hoy museo visigodo, se ponían sainetes y pequeñas obras de teatro. La estudiantina del colegio Santa Ana, con fama en la ciudad y la provincia fue la que más destacaba en los carnavales del siglo XIX.

Los carnavales emeritenses tiene raíces de siglos. Bien pueden presumir de ello.